Decantarse por alimentos saludables es vital para mantener un peso adecuado.

Nunca es pronto para ponerse en forma, normalmente solemos fijarnos como uno de los propósitos para año nuevo el cuidarnos, mejorar nuestra dieta y perder esos quilos de más. Sin embargo, porqué retrasar lo que podemos hacer antes; cuando se trata de salud siempre es un buen momento, y más teniendo en cuenta los excesos que conllevan las fiestas navideñas.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que, si queremos perder algo de peso, pero sobre todo no recuperarlo después, no existen las dietas milagro. Están aquellas que te hacen bajar el peso muy rápidamente, con lo que es cierto que te animas mucho, sin embargo, el llamado 'efecto rebote' suele ser una de sus consecuencias cuando decides poner fin a la dieta. En este sentido tendremos que mentalizarnos de que es mejor perder peso lentamente para después no recuperarlo. No es fácil, pero con un poco de fuerza de voluntad conseguiremos mejorar nuestro estilo de vida.

Es imprescindible acompañar siempre la dieta con un poco de ejercicio; si no podemos dedicar un momento al día por el ritmo habitual que llevamos, es aconsejable siempre cambiar de actitud para ayudar a nuestro cuerpo a moverse siempre que pueda, por ejemplo, sustituyendo el ascensor por las escaleras.

Los líquidos son muy importantes, alrededor de dos litros al día, evitando refrescos, bebidas con gas, zumos y alcohol.

Por otro lado, los lácteos deberían ser desnatados; hay quien encuentra que la leche desnatada no tiene tanto sabor, podemos tomar Omega 3 que es desnatada pero tiene más sabor; los quesos deberían ser del 25% de materia grasa.

Pese al, muchas veces, concepto erróneo de que la fruta engorda, no debemos suprimirla de una dieta, tiene muchas vitaminas y minerales necesarios para nuestro organismo; sin embargo, sí es cierto que no se debe abusar, ya que el exceso de azúcar se transformará en grasa. En este sentido, hay que evitar cenar a base de fruta, mejor guardarla para por las mañanas o primera hora de la tarde.

Por lo que respecta a las carnes, las blancas son menos grasas que las rojas, por lo que se recomienda no abusar de éstas últimas e inclinarse por el pollo, el pavo y el conejo. Si queremos comer cerdo, mejor que sea lomo o solomillo, son las partes de este animal que menos grasas tienen. En cuanto al pescado, siempre que sea blanco (contiene muy poca grasa), podemos comer todo el que queramos durante la semana, sin embargo es mejor no abusar del azul. Las proteínas del huevo son beneficiosas, pero no deberemos tomar más de dos o tres a la semana.

El exceso de sal puede provocar el desencadenamiento de muchas enfermedades por lo que es conveniente no abusar de ella. Una buena forma de sustituirla es usar otro tipo de condimentos como pimienta, ajo en polvo o hierbas como el orégano, el romero o la albahaca.

El vinagre también ayuda a que nuestras comidas sean más o menos saludables, por ejemplo, el de manzana es muy diurético mientras que el de Módena contiene bastante azúcar. El aceite de oliva es muy sano y recomendable en una dieta sana, aporta muchos beneficios para nuestra salud, así que es mejor no eliminarlo pero tampoco excederse en él; los nutricionistas recomiendan unas tres cucharadas soperas al día.

Los hidratos de carbono producen mucha energía, por lo que es mejor tomarlos a medio día para tener tiempo de quemarlos hasta la hora de dormir, pues si no se queman se transformarán en grasa. En este sentido, las legumbres son muy beneficiosas, así como los cereales, que si son integrales nos ayudarán a quedar más saciados y evitarán el estreñimiento gracias a su mayor componente de fibra.

En realidad, es mejor no tener nada prohibido, lo más importante es mantener una dieta equilibrada pero siempre controlando los momentos y las cantidades que se ingieren. Y precisamente para no caer en la tentación de 'atiborrarnos' y evitar la sensación de hambre, se recomienda hacer las cinco comidas diarias: desayuno, almuerzo de media mañana, comida, merienda y cena, ésta última cuanto más pronto la hagamos mejor, así nos dará tiempo a quemar lo ingerido antes de acostarnos.

Como siempre, en toda dieta, así como en la rutina diaria, es imprescindible el ejercicio físico, pues nos ayudará a mantener el tono muscular y a quemar las calorías que no necesitamos.

Sin embargo, lo más importante es acudir tu médico o a un especialista para que recomiende una dieta en función de las necesidades de cada persona, ya que es indispensable estar siempre supervisado por un especialista, la salud es primordial y no debemos tomarnos la alimentación a la ligera.