Unas botellas de esta típica bebida mallorquina, las hierbas. | L. LARREY

Dulces, mezcladas o secas. Del color verde al ámbar, con distintas intensidades y matices que se envuelven en su aroma a anís. Las Hierbas de Mallorca, en el reglamento de la Denominación Geográfica, se definen como una bebida espirituosa anisada obtenida por la extracción de aromas de diversas plantas de la propia Isla, por ejemplo: hinojo, romero, hierba luisa, manzanilla, limonero, naranjo y toronjil.

Cuenta la leyenda que a finales del siglo XIII fue precisamente un mallorquín, el sabio Ramon Llull, el introductor de los procesos de destilación en Europa. Los antecedentes de las hierbas se encuentran en los monasterios donde los frailes elaboraban un amplio abanico de bebidas compuestas de hierbas y frutas.

Con el paso del tiempo la costumbre de los frailes y boticarios se popularizó y las propiedades medicinales y el placer de consumirlo pasaron a formar parte del acervo popular. Fue ya en el siglo XX con la llegada del boom turístico cuando se crearon industrias licoreras con una producción considerable.

Los intervalos de dulzor son muy amplios lo cual permite que cada consumidor encuentre el que desea. En función del contenido en azúcares y del grado alcohólico adquirido se diferencian tres tipos: las dulces (20% de alcohol), las mezcladas (25%) y las secas (35%).

En la Isla es una bebida muy apreciada tanto por residentes como por sus visitantes, un producto que forma parte de las fiestas, costumbres y tradiciones mallorquinas. Además, se trata de una bebida digestiva, que por tanto, se convierte en la copa perfecta de una buena sobremesa.