Fruto del olivo de las variedades mallorquina o empeltre, arbequina y picual, y gracias a procedimientos que garantizan la conservación del aroma y sabor, nace el aceite de oliva virgen extra Oli (aceite) de Mallorca. Éste es Denominación de Origen desde 2002 por ser un producto agrícola originario de la Isla, y por deber sus características principalmente al lugar en el que se produce, tanto por factores naturales como humanos.
La conjunción de los factores propios de la Isla, como la orografía, las precipitaciones o el clima, juntamente con las variedades de aceituna de Mallorca, hacen que el Oli de Mallorca tenga unas características organolépticas diferenciadas, de tipo dulce si se obtienen de aceitunas en envero, o bien de tipo frutado, cuando se obtienen a partir de aceitunas verdes.
Los olivos son característicos de Mallorca, así como la producción y el consumo de aceite, y el Oli de Mallorca está elaborado en la Isla, como requisito para ser distinguido como Denominación de Origen. Este aceite, tradicionalmente reconocido y apreciado tanto por residente como extranjeros, cuenta con un sello de garantía del Consejo Regulador, lo que garantiza que sea un producto típico.
Actualmente existen dos procesos para obtener el Oli de Mallorca: el sistema tradicional y el continuo. En el primero se usa un molino que tritura las aceitunas, tras lo que se prensa la masa resultante para que, una vez haya reposado, quede el aceite. En el segundo, y tras unos procesos de limpieza, lavado, pesado, clasificación y trituración, se procede a batir el resultado para después extraer el aceite mediante un centrifugado.
