A la izquierda, la ensaimada planchada y con patatera extremeña; a la derecha, los cocineros Mercedes Rincón y Josemi Martínez.

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La ensaimada mallorquina evoluciona y cruza fronteras. Este pasado 12 de octubre, Día de la Hispanidad, el manjar mallorquín triunfó en la recepción que se celebró en la embajada española en Roma. Lo hizo, eso sí, tuneada y reinventada por cocineros extremeños: planchada y rellena de patatera extremeña, pero sin olvidar el azúcar glas.

Todo tiene su porqué y en este caso, pese a parecer una simple tapa, esconde una justificación y filosofía. «Hemos estado ocho años de nuestra vida viviendo y trabajando en Baleares, siete de ellos en Mallorca, en el Port de Sóller, Canyamel, Artà y Capdepera. Queríamos hacer un guiño a la joya de la gastronomía balear, por el cariño que le tenemos a esta región», cuenta Josemi Martínez. Él, junto a su pareja y también cocinera, Mercedes Rincón, recibieron hace unas semanas la inesperada llamada del Ministerio, ofreciéndoles, en su calidad de embajadores gastronómicos tras ganar el concurso de 'Alimentos de España', elaborar el menú de la recepción de la embajada de Roma por el Día de la Hispanidad. «Fue una locura, la gente flipó. Comieron como si llevaran mucho sin comer», rememora el cocinero.

Imágenes de la fiesta en la embajada española en Roma por el Día de la Hispanidad, con las tapas de ensaimada 'planchada'.

La tapa, fusión entre Mallorca y Extremadura, es de nueva creación. Nació a la par que su nuevo proyecto culinario, el restaurante Macarraca, en Villanueva de la Serena (Badajoz). Nadie se va de allí sin probarlo. «Como si fuese una hamburguesa, rellenamos la ensaimada por la mitad con morcilla patatera, un embutido con patata y cerdo ibérico, que recuerda un poco a la sobrasada. La pasamos por la plancha en ambos lados y la servimos espolvoreada en azúcar glas y presentada en la caja típica, que hacemos con impresora 3D», detalla Martínez.

Cajas que imitan a las de las ensaimadas, hechas con impresora 3D, con las que se presenta el postre.

El postre sigue la línea de la filosofía que impregna el restaurante: dar visibilidad a productos típicos y poco conocidos del entorno. De esta manera, han aunado la famosa ensaimada mallorquina con un embutido que «aunque aquí todo el mundo sabe qué es, no se conoce fuera de Extremadura». El emblema gastronómico de las Isla se expande así por todos los rincones, desde a las casas alemanas al regreso de miles de turistas cada verano, pasando por recepciones en embajadas, por restaurantes vanguardistas en Extremadura y por demás enclaves variopintos. Lo que queda claro es que a la ensaimada aún le queda una larga vida por delante.