La placita de la iglesia volvió a acoger las danzas de los Cossiers en las que destacó Titoieta, baile en el que se da muerte al Dimoni, entre otras más tradicionales. | Teresa Ayuga

Lejos de la pasión que vive media Mallorca por la fiesta de Sant Antoni, el pueblo de Algaida, fiel a sus raíces, mantiene intacta su festividad patronal de Sant Honorat. Los Cossiers danzaron los distintos bailes que han permanecido en boga generación tras generación desde hace siglos.

La misa solemne en honor al patrón contó con el baile de la Oferta de los Cossiers para, posteriormente, deleitar a los vecinos con sus danzas en la placita de la iglesia. Este año las danzas fueron interpretadas por Laura Ferragut como Dama y Toni Barceló, Joan Fiol, Bernat Munar, Guillem Puigserver y Ramon Bibiloni como Cossiers; mientras que el papel de Dimoni fue encarnado por Joan Antoni Juan. Alexandre Mulet sonó las xeremies y Mateu Mulet y Mireia Oliver actuaron con el flabiol i tamborino.

Los Cossiers interpretaron las danzas tradicionales Mestre Joan, Els Reis, Flor de Murta, Dansa Nova, Obriu-nos, el Mercançó y, finalmente, la Titoieta. Esta danza que se utiliza para finalizar el baile sirve a la vez para dar muerte al Dimoni.

Al ritmo del flabiol i tamborino se le unen las xeremies para poner más reguinyols a la particular danza que establecen el Dimoni y la Dama. Los saltos de ambos sirven de colofón a las danzas y el Dimoni muere a los pies de los Cossiers.

Experiencia

Cabe destacar que fue el segundo Sant Honorat de Joan Antoni Juan como Dimoni. Si el año pasado cometió algunos errores de inexperiencia, en esta edición se mostró más seguro y lució junto con los Cossiers sus mejores galas y habilidades. Con todo, los algaidins disfrutaron de una de las fiestas más sentidas y tradicionales además de únicas en toda la isla de Mallorca.