La carrera de Sa Llego. | P. Pellicer

Aunque en sa Pobla se están sucediendo los actos relacionados con la fiesta de Sant Antoni desde el pasado 7 de enero, es a partir de ahora cuando llegan las actividades más tradicionales y populares.

Es el caso de la carrera popular de Sa Llego que cumplió 36 años. A partir de las tres de la tarde se sucedieron las carreras incluidas en Sa Llego Minyona, distribuida en tres categorías según la edad (2-5 años, 6-10 años y 11-15 años). Las tres pruebas tendrán diferentes puntos de salida situados en el Carrer Fadrins, la carretera de Inca frente al bar sa Sini y, por último, frente al bar s’Entrada.

La XXXVI Sa Llego se celebró el sábado y tuvo una distancia de 7.780 metros y un euro de la inscripción se destinará a las asociacines sociales locales. Por otra parte, al llegar la medianoche comenzó el correfoc con los Dimonis i Tamborers d’Albopàs de sa Pobla y los Dimonis de sa Pedrera de Muro en la Plaça Major.

Miles de personas siguen cada año en sa Pobla los diferentes actos que diferencian la celebración poblera de otros municipios, como el baile de los caparrots o el acto piromusical. Por la noche llega la parte más auténtica y popular de la fiesta antoniana: los foguerons y las gloses a su alrededor.

Uno de los elementos más importantes en las celebraciones de Sant Antoni en sa Pobla son los actos de carácter religiosos, de los que se ocupa la Obreria de Sant Antoni de sa Pobla y que tiene mucha aceptación entre la población. Se trata de las Completes, la decoración del portal de entrada a la plaza de la iglesia con mirto (lo que popularmente se conoce como fer rest) o la preparación del refrigerio de Sant Antoni. Otra responsabilidad de la Obreria se encuentra en los dimonis.

La devoción por Sant Antoni en sa Pobla se remonta hasta los mismos orígenes de la población, con un entusiasmo que nunca ha decaído, constituyendo ésta como la fiesta grande del municipio. Durante varios días el pueblo organiza múltiples actividades deportivas y lúdicas para todos los públicos.

La tradición marca que este día se viva en la localidad entre gloses y ximbombes, la popular espinagada -ya sea de lomo con col o de anguila-, los caparrots y otras figuras del bestiario popular, y una juerga en la calle que no se detiene hasta que se levantan las primeras luces del nuevo día, y solo quedan brasas esparcidas y humeantes de lo que horas antes habían sido enérgicos foguerons.