Autores: Albert Orfila, Carlos Montes de Oca, Fernando Fernández, Miquel Alzamora, Carlos Róman, Tolo Jaume, Juan Pedro Martínez y Miguel Vidal.

Elche marcó un antes y un después en la historia del Real Mallorca. Ese caluroso mes de junio de 2003 pasará a la historia de la afición balear como el año en que los seguidores se sintieron grandes. Pero ni los fastos de la Copa del Rey ni la euforia por haber logrado el título más importante de la historia del club isleño, fueron suficientes para pasar un verano tranquilo, más bien todo lo contrario. De hecho, desde el mes de julio de ese año y hasta prácticamente hoy mismo, la SAD Balear entró en una vorágine de cambios en su consejo de administración y de compras y ventas, que prácticamente siempre eclipsaron la actualidad puramente deportiva y dejaron la sensación casi siempre de provisionalidad.

Es necesario recordar el marco institucional que rodeaba al club al término de la temporada en que se logró el título de Copa. El empresario Bartomeu Cursach había sido clave para el futuro de la entidad al entregar al club 1.600 millones de las antiguas pesetas para poder abonar la ficha de los jugadores y evitar de esta forma el descenso administrativo. Con este 'préstamo' de 1.600 millones de pesetas se pudo hacer frente al abono de las cantidades que debían recibir los jugadores correspondientes a la temporada 2001-2002.

Nuevo escenario

Este nuevo escenario significaba dos cosas: la primera la implicación de uno de los empresarios más importantes de la Isla en el club y la segunda la posición del grupo Zeta en el Mallorca, ya de salida, y sin motivación para invertir un duro más en el club. Ese verano Mateu Alemany se marcó el reto de 'mallorquinizar' la entidad de Son Moix y junto a Ramon Rosselló, por aquel entonces un alto ejecutivo de Bancaixa, inició el trabajo de convencer a importantes fortunas de la Isla para que de una forma u otra se implicaran en el nuevo proyecto.

Pero la historia que empezó con un puñado de ilusión desbordante, no tardó mucho en diluirse. El 15 de octubre de 2003, Ultima Hora publicaba la siguiente noticia. Cursach quiere vender y el consejo pide reflexión. Bartomeu Cursach, accionista mayoritario del Real Mallorca SAD, había decidido vender su participación en el club y abandonar el consejo de administración.

Finalmente el 24 de julio de 2004, Cursach oficializó con la venta de sus títulos, su marcha del club. El consejo de administración del Real Mallorca hizo efectiva la compra del 40% de las acciones que poseía el empresario de ocio. Vicenç Grande, pasó a controlar un 20% de la sociedad —por un valor de 2.8 millones de euros— y pasó a ser junto al Grupo Zeta el accionista mayoritario de la entidad.

En otro orden de cosas durante esta década y concretamente los años que comprenden las temporadas 03-06, el Mallorca fichó a Jaime Pacheco, al que destituyó al poco de empezar y ofreció de nuevo el timón a Luis Aragonés. El madrileño al término de la temporada se convirtió en seleccionador español. Se fichó a uno de los grandes jugadores de la historia del club, Juan Arango, que protagonizó una imagen que dejó los pelos de punta al mallorquinismo al recibir un golpe terrible de Javi Navarro, defensa del Sevilla.

El regreso de Hector Cúper, que sustituyó a Floro y la milagrosa salvación en la última jornada de la Liga 04-05 ante el Betis tras el pulso con el Levante dan fe del sufrimiento final.