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MACARENA VIDAL
El ex presidente de EEUU Bill Clinton volvió ayer a la Casa Blanca, a la presentación de su retrato oficial, en el primero de varios actos públicos para tratar de favorecer la derrota electoral de su sucesor, George W. Bush.

El acto tenía mucho de morboso: conllevaba un intercambio de discursos frente a las cámaras de televisión del presidente republicano y su predecesor demócrata, de cuyo estilo Bush ha tenido buen cuidado en distanciarse en el fondo y en la forma durante sus tres años y medio de mandato.

Bush no entró en honduras políticas y pronunció un elogioso discurso, en el que destacó el «entusiasmo y calor humano», la determinación y el optimismo de Clinton, de quien aseguró que «los años han hecho mucho por dejar claros los puntos fuertes de este hombre».

A su vez, Clinton renunció a hacer alusión a la campaña electoral para las presidenciales del próximo día 2 de noviembre y aseguró que «la política es una noble tarea y la mayoría de quienes a ella se dedican son buenas personas, que hacen lo que creen que es necesario y aman a su país de manera apasionada».

A partir de ahora Clinton tendrá una cargada agenda de presentaciones por todo el país para promocionar su obra, por la cual recibió un adelanto de más de diez millones de dólares y que ya se encuentra entre los más populares en los sitios de Internet de venta de libros.