Dos agentes de la Policía Nacional recabando pruebas en el lugar de la catástrofe. | Alejandro Sepúlveda

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Agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional procederán a la imputación de los dueños del Medusa Beach Club, local que sufrió un derrumbe el pasado jueves, si los informes técnicos avalan que se realizaron obras ilegales o de que el local carecía de las correspondientes licencias en regla. Los informes están siendo elaborados por parte de la prefectura de los Bombers de Palma, Brigada de Policía Científica y los técnicos, arquitectos e ingenieros municipales del Ayuntamiento de Palma. Está previsto que a lo largo de este lunes y martes, todas las partes emitan sus correspondientes informes y sean remitidos a los investigadores del caso y a la autoridad judicial que está instruyendo la causa.

Fuentes próximas al caso a las que ha tenido acceso Ultima Hora sostienen que, en el supuesto caso de la existencia de obras ilegales o modificaciones substanciales de las mismas, los dueños del establecimiento turístico serán acusados de cuatro delitos de homicidio imprudente y de las graves lesiones de hasta 16 personas que se vieron afectadas. Todo ello, por la vía penal. Al margen, también se iniciará la vía civil donde está previsto que se declare una auténtica guerra entre compañías aseguradoras y propiedad por el pago de las millonarias indemnizaciones a las que tendrán que hacer frente.

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De la investigación, este periódico ha tenido acceso a datos relevantes y vienen a confirmar que las causas del siniestro fueron por sobrepeso en la terraza y envejecimiento de la estructura del edificio. Ahora, la Policía Nacional también dispone de cámaras de seguridad del local donde se recoge el momento del derrumbe. El local que se desplomó el jueves por la tarde ya había sido sancionado por otras infracciones urbanísticas años atrás. Se trataba de expedientes sancionadores que se tramitaron durante años en el departamento de Urbanisme del Ajuntament de Palma, relacionados con obras y reformas del edificio.

Los expertos municipales están convencidos que la terraza que se hundió, y que mató a cuatro personas y dejó heridas a otras 16, era ilegal porque su uso inicial era «no transitable», según consta en la Inspección Técnica del Edificio (ITE) que pasó en 2017. Un año después dos hermanos austríacos -Christian y Sandra Arnsteiner- montaron un restaurante mexicano llamado Tex Mex y en 2021 se empezó el proyecto del actual Medusa Beach Club.