Imagen de uno de los tramos asfaltados de la carretera entre Palmanyola y s'Esgleieta. | F.F.

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La esperada mejora de la carretera entre s'Esgleieta y Palmanyola (Ma-1140) no ha acabado de satisfacer ni convencer a quienes transitan cada día por una vía que soporta una densidad de tráfico de unos seis mil vehículos por jornada. El deteriorado asfalto era el principal argumento para ejecutar un proyecto presentado por el anterior equipo rector de Carreteras en el Consell de Mallorca, aunque otra de las carencias de la infraestructura parece no haberse solventado.

Y es que vecinos y conductores que ruedan por esa carretera han lamentado, tras ver cómo se iniciaban los trabajos de asfaltado, que no se haya ejecutado intervención alguna a la hora de solventar la ausencia de arcen en buena parte de los tramos, lo que genera un peligro extra al no haber escapatoria más allá de la línea discontinua.

Uno de los tramos de la carretera remozada por el Consell. Foto: F.F.
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Residentes de la zona, pero también colectivos de ciclistas que comparten asfalto con los vehículos a motor, tildan de «insuficiente» esa intervención, centrada en la renovación del pavimento y hablan en redes sociales de «una oportunidad perdida» para saldar una cuenta pendiente en la red viaria de Mallorca, más en un punto que sirve de paso para numerosos estudiantes y personal de la UIB procedente de municipios como Marratxí o del Pla.

El proyecto de reforma de la vía, presupuestado en 6 millones de euros, comprendía una rotonda de acceso a Palmanyola y Sa Font Seca, además de un vial cívico, aunque por el momento únicamente se ha ejecutado el asfaltado y señalización viaria de buena parte de los tramos de la carretera