La fachada del edificio de la sede de Falange en Santoña (Cantabria) resultó dañada.

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EFE-SANTOÑA (CANTABRIA)
Un artefacto con cinco kilos de amonal explotó hoy en la sede falangista de Santoña (Cantabria), después de que un comunicante anónimo, en nombre de ETA, avisara a la DYA de Guipúzcoa de la colocación de la bomba, que causó un herido leve y diversos daños materiales. La explosión se produjo a las 8:00 horas, unos cuarenta minutos después del aviso, por lo que las fuerzas de seguridad pudieron acordonar la zona antes de la detonación y avisar mediante megafonía a los vecinos de la calle General Salinas, donde se ubica la sede falangista de Santoña, para que no salieran de sus casas y permanecieran en el lugar opuesto a la vía afectada.

El artefacto se encontraba a las puertas de la sede dentro de una bolsa con un cartel donde se leía «peligro bomba» y contenía cinco kilos de amonal, según pudieron comprobar las fuerzas de seguridad al estudiar la zona afectada tras la detonación. Como consecuencia de la explosión, una persona tuvo que ser atendida en el hospital de Laredo por una herida muy leve en un ojo causada por el impacto de un cristal, si bien fue dada de alta pasado el mediodía.

El resto de los daños ocasionados fueron materiales, y consistieron principalmente en la rotura de ventanas y persianas de los edificios próximos a la sede falangista, que se ubica en la parte trasera del Palacio de los Marqueses de Chiloeches, un inmueble del siglo XVIII. Ante este atentado, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa González de la Vega, aseguró desde Maputo (Mozambique) que el Ejecutivo mantendrá su lucha contra el terrorismo sin bajar la guardia «ni un instante», mientras que en los pasillos del Senado el ministro de Interior, José Antonio Alonso, opinó que con esta acción ETA demuestra que sigue atentando contra la democracia y las libertades.