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El ministro de Defensa, José Bono, denunció ayer «errores» y «negligencias» en el accidente del Yak-42 y anunció que la próxima semana no seguirá en activo en las Fuerzas Armadas «ningún» militar con responsabilidades. A petición propia ante la Comisión correspondiente del Congreso, Bono explicó en detalle las causas del accidente, el plan de vuelo, las características del avión siniestrado, las quejas recibidas sobre aviones soviéticos, la identificación de los cadáveres y las medidas que pondrá en marcha su departamento. Desveló que todas las pruebas de ADN entregadas por Turquía son correctas y que las otras 22 incorrectas las hicieron los equipos españoles. En la identificación de cadáveres y el traslado hubo «prisas» y la expedición de certificados de defunción se realizó sin que las defunciones estuvieran inscritas en el registro, aseguró Bono, quien observó que «hoy no sabemos con absoluta certeza todo lo que ocurrió».

Explicó que se ignoraron y ocultaron las quejas recibidas sobre la seguridad de los aviones y que no se realizaron inspecciones técnicas de la aeronave, que tuvo un programa de vuelo erróneo y en el que el registro de voz de la cabina no funcionaba.

En ese accidente, ocurrido el 26 de mayo de 2003 en Turquía y que causó la muerte a 62 militares españoles, faltó diligencia y respeto a la verdad y sobraron certezas, afirmó el ministro.

Sobre las responsabilidades, avanzó que propondrá al Consejo de Ministros que ningún responsable en los errores detectados en este caso permanezca en la cadena de mando, con el objetivo de que ningún oficial o general implicado siga en activo en las Fuerzas Armadas. Sobre el papel de Trillo, Bono afirmó «no soy su juez, ni abogado, ni fiscal».