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Tras una larga e intensa noche de fiesta llega el momento para muchos de tomarse un reparador chocolate y para otros la no tan agradable tarea de limpiar las calles de la ciudad. Durante toda la madrugada y hasta bien entrada la mañana fueron muchos los mallorquines que no quisieron terminar la noche de fiesta sin tomarse una taza de humeante chocolate acompañado de las tradicionales ensaimadas y cuartos o de los más castizos churros.

Muchas chocolaterías y churrerías ampliaron ayer su horario de apertura para acoger a quienes prefieren terminar la Nochevieja frente a un delicioso chocolate a la taza. Y es que no son pocos los que no conciben irse a la cama en un día tan especial sin cumplir con este rito aunque el cuerpo a esas horas ya no esté para muchos trotes.

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tras muchos dulcificaban su estómago, las brigadas de limpieza se afanaban en recoger de las calles, y en particular de las zonas de marcha, botellas, vasos y bolsas, a los que en una fecha como esta se le suman el divertido, pero incordioso, confetti, serpentinas y restos del cotillón que dejaron a su paso los que salieron a festejar la llegada de 2007.

Lydia E. Corral