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El conflicto que enfrenta a empresarios de grúas y aseguradoras amenaza con dejar en la cuneta a miles de vehículos -afortunadamente Mallorca queda a salvo de esta huelga-, a tan sólo unos días de la 'operación retorno' tras las vacaciones estivales. Hace seis días se produjo el primer encuentro entre los empresarios de grúas y la patronal de entidades aseguradoras UNESPA para negociar un acuerdo económico tras la petición de los empresarios de incrementar un 100 por cien la tarifa por la retirada de los vehículos. Lo que parecía un simple desacuerdo que comenzó en el País Vasco está adquiriendo dimensiones desproporcionadas y al paro indefinido propuesto por los empresarios de grúas ya se han sumado Sevilla, Córdoba, Madrid, Catalunya, Asturias y Cádiz, entre otras.

El verano es una fecha idónea para radicalizar conflictos, tanto por aire (compañías y controladores aéreos) como por tierra, y siempre son los ciudadanos de a pie quienes los padecen. Más de un millón de vehículos pueden verse afectados este fin de semana por una revisión de tarifas que parece no llegará en breve, ya que las aseguradoras ya han manifestado que no negociarán con los gruístas hasta que no cesen los paros.

Hasta la fecha, parece impensable conseguir un principio de acuerdo, algo imprescindible si se quiere evitar un fin de semana tremendamente conflictivo en cuanto a la circulación, ya que a la siniestrabilidad habitual habrá que añadir cientos de coches tirados en las carreteras españolas y millones de desplazamientos de regreso a casa con el fin de las vacaciones. Una peligrosa combinación que puede aumentar, y mucho, los problemas en la circulación, así como ocasionar accidentes previsiblemente evitables.