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FRANCE PRESS-BAGDAD
El primer ministro iraquí, Iyad Alaui, tendrá plenos poderes en materia de seguridad para intentar acabar con la violencia que asola el país, mediante un decreto para «la seguridad nacional» firmado ayer que le permitirá imponer el toque de queda, emitir órdenes de arresto, disolver asociaciones, restringir desplazamientos y solicitar escuchas telefónicas.

El gobierno interino, que recibió el poder de la coalición hace nueve días, justificó este texto por las «circunstancias que atraviesa Irak y la necesidad de contrarrestar el terrorismo y a los forajidos».

Subrayó también, en el último artículo del decreto, que «está decidido a proteger a los ciudadanos (...) garantizar los derechos cívicos y políticos y preparar las condiciones de seguridad apropiadas para celebrar elecciones libres y democráticas».

De hecho, Alaui puede desde ayer mismo, de acuerdo con el jefe de Estado y sus dos vicepresidentes, promulgar «una ley de urgencia en cualquier zona» del país si considera que la seguridad está amenazada. Puede mantenerla 60 días y prolongarla por un período de 30 días con una carta acompañada de un documento de la misma naturaleza del consejo presidencial de tres miembros.

El primer ministro puede, con el aval de la justicia, «dictar órdenes de detención, de registro» y «reducir los desplazamientos en el interior de Irak o controlar la salida del país e imponer restricciones sobre reuniones y porte de armas y municiones».