La consellera de Cultura i Patrimoni y vicepresidenta primera del Consell, Antònia Roca. | Pere Bota

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Bióloga de carrera, Antònia Roca lleva varios años en política. La pasada legislatura, desde la oposición, realizó el seguimiento del área que ahora dirige como consellera de Cultura i Patrimoni, cargo que compagina con el de vicepresidenta del Consell. Ella misma cataloga su departamento como «apasionante» y muestra cariño por «nuestras tradiciones», destacando con orgullo su implicación en los cossiers de Son Sardina. Por delante, cuatro años de retos y proyectos que afronta con ganas.

Viene de ciencias y se ocupa de cultura, no son mundos opuestos, pero ¿cómo traza esta transición?
—La estimación por la cultura y nuestras tradiciones no lo da una formación académica, sino la formación vital, y he tenido el orgullo y placer de crecer en una familia que me ha enseñado estos valores, costumbres, tradiciones y nuestra lengua, algo que hago con mis hijos ahora. Cuando lo vives lo quieres y tengo el honor de hacerlo desde el Consell.

Lleva dos meses en el cargo, ¿ya ha logrado asentarse?
—Acabamos de aterrizar y nos estamos dedicando a escuchar a las asociaciones y entidades. Hacemos una media de 15 reuniones por semana con el sector porque, aunque tenemos nuestro programa, queremos atender de primera mano para saber cómo aplicar las medidas más eficientes. Nos hemos encontrado un departamento que lo único que se ha dedicado a hacer es repartir dinero para que se haga cultura, algo que debe continuar, pero teniendo las máximas competencias en cultura llama la atención que no haga nada el propio departamento.

¿Qué va a hacer en este sentido?
—Pues empezamos con la Nit de l’Art, punto de partida para La Misericòrdia. ¿Cómo es posible que el centro cultural más importante de la Isla dé la espalda a esta cita? Queremos dinamizar sus salas y sacaremos adelante proyectos porque consideramos que debe ser el punto neurálgico de Mallorca. Hemos ido a contrarreloj estos meses para poder sumarnos porque consideramos que el Consell no puede dar la espalda a la realidad cultural que nos rodea y la Misericòrdia ha de ser quien irradie cultura por los cuatro costados. También abrirems el nuevo Aljub a la ciudadanía.

Dice que mantienen 15 reuniones semanales, ¿qué tono reciben por parte del sector?
—Muy cordial y es de agradecer. Estamos encantados de recibirles y ellos de venir. La misma demanda se repite: agilizar el lento funcionamiento del departamento. Por eso vamos a sacar adelante el Instituto Cultural de Mallorca, que nos permitirá ser más eficaces y ágiles a través de unir convocatorias y trámites.

También dirige Patrimoni, ¿qué plantea en esta materia?
—Tenemos un gran patrimonio artístico y cultural y queremos darlo a conocer. El patrimonio arqueológico es muy importante. El anterior equipo de gobierno compró sa Tanca de Can Domènech y allí haremos el centro de arqueología de Mallorca para que la Isla y el sector conozca un centro tan importante. También tenemos Bell Puig, que lleva muchísimos años cerrado y queremos abrirlo para que se pueda disfrutar. Otro objetivo son las salas de arqueología del Museu de Mallorca, espacio por el que apostamos y que serán un puntal de la legislatura y todo está listo para empezar las obras en el Museu de Muro.

¿Qué hay del pecio de Ses Fontanelles? ¿En qué fase está?
—Es un proyecto apasionante. El anterior equipo decía que lo reflotarían en enero, pero la verdad es que no hay calendario. Trabajamos con los técnicos y tocando a muchas puertas porque es complejo. Cuando se saque tiene que estar año y medio sumergido para que la madera no se estropee y entonces se verán las mejores condiciones para ubicarlo. Va muy lento, pero es un proyecto para esta legislatura. No obstante, creo que fue precipitado por parte del anterior equipo porque no estaba todo atado.

Se habla en el programa de potenciar espacios, ¿cómo lo harán?
—Con la Misericòrdia, por ejemplo, con un programa que permita tener exposiciones y actividades todo el año. O el proyecto de museización del Teatre Principal para dar a conocer su valor patrimonial y arquitectónico.

Hablando del Principal, le ofrecieron continuar al anterior director, Josep R. Cerdà, ¿significa que valoran su trabajo positivamente?
—En el último patronato le agradecimos su trabajo y actualmente funcionamos con la programación hasta enero que ellos cerraron y, por eso, consideramos lógico que continuara en la dirección quien llevó a cabo el programa. Hablamos con él y finalmente decidió no seguir y nosotros continuamos con nuestro plan, como ya pedimos hace cuatro años, de que sea un concurso público que valore aspectos artísticos y técnicos lo que decida la dirección y no por cualquier otra consideración política.

¿Qué planes hay para Es Baluard y qué encaje tendrá si Gesa a alberga otro museo de arte?
—Es Baluard es el principal museo de arte contemporáneo de Ciutat y pensamos que debe ser de relevancia y en los próximos meses se resolverá la decisión sobre su nueva dirección. En cuanto a Gesa, solo oír que el Ajuntament de Palma apostará por él y le dará nueva vida nos debería poner contentos. Si además es para convertirlo en un espacio de arte, nunca está de más.

¿Cuál es la filosofía que tendrá su departamento a la hora de unir cultura y turismo?
—Queda casi todo por hacer en este sentido. Hemos estado años empeñados en crear una marca de promoción cuando ya la tenemos aquí. Cultura y patrimonio es lo que tenemos y no hace falta inventarse nada nuevo.

Se ha dicho que los Premis Mallorca serán también en castellano, no obstante, ¿serán las categorías bilingües o se separarán?
—La convocatoria de este año ya está cerrada y estos Premis serán en nuestra lengua, pero tenemos un compromiso para que también haya en castellano y esto será efectivo a partir de la próxima convocatoria. Partimos de la base de que tenemos dos lenguas y nos han de unir, sin enfrentamientos.

¿Qué hay de la Fundació Mallorca Literària? ¿Qué planes hay para esta institución?
—Es la cuna de nuestra cultura y como no puede ser de otra manera la seguiremos impulsando con sus casas museo, que próximamente tendrán de manera oficial la de Blai Bonet. Son fundamentales para mantener nuestra cultura e identidad.

Por último, ¿qué gran objetivo o reto se marca para cuando toque echar la vista atrás a final de legislatura?
—Si pudiera hacer todo lo que he dicho sería genial. Es un departamento apasionante y espero conseguir una cultura para todos los mallorquines, porque la cultura no es ni de derechas ni de izquierdas, sino que es y ha de ser de todos. Es una de las aportaciones que me gustaría conseguir.