El jardín botánico de Lluc, abierto al público, es un espacio de conservación de las plantas autóctonas de la Isla, una labor voluntariosa impulsada desde hace años por el hermano Macià y un grupo de blavets y antiguos blavets. A quién se asoma a través de su frondosa vegetación, el jardin se abre como un hermoso espacio de paz y quietud.
Los senderos que atraviesan el jardín se pueden recorrer en veinte minutos, pero merece la pena tomárselo con más calma y detenerse ante cada una de las maravillas que la naturaleza exhibe en su interior: más de doscientas variedades de plantas autóctonas de las Illes Balears, muchas de ellas endémicas, y en especial, aquellas que se adaptan mejor a ese terreno rocoso y a las temperaturas extremas que se registran en este valle de la Serra de Tramuntana. Muchas de ellas están en peligro de extinción. Gracias a la ubicación de este pedacito de paraíso terrenal, rodeado de montañas y bosques, las plantas, desde árboles a matorrales, flores, arbustos, palmeras y plantas acuáticas, se muestran en un entorno muy parecido a su hábitat natural.
Espacio de meditación
Los orígenes del jardín botánico de Lluc se remontan a 1956, cuando los religiosos que habitan el monasterio lo adoptaron como espacio de reposo y meditación. Sigue siendo un lugar muy tranquilo, así que si la excursión con niños no es el plan previsto, una buena alternativa será sentarse en sus rústicos bancos de leña a leer un libro o a desconectar.
El jardín es público y su visita es gratuita, sólo se espera la colaboración voluntaria con una pequeña hucha junto a la entrada al recinto.
Jardín botánico de Lluc
Horario de visita: 10- 13 h y de 15-18 h. (domingos cerrado)
Entrada gratuita y colaboración voluntaria