Yacimientos arqueológicos hundidos y los acuarios con peces autóctonos atraen a niños y adultos. | Lola Olmo
Unos truenos anuncian tormenta. Se nota la brisa marina en la cara y la proximidad del mar es cada vez más notable. Y eso que sólo estamos en la cola de entrada. El recorrido por el centro de interpretación de Cabrera es toda una experiencia sensorial ideal para vivirla en familia.El centro llama la atención ya desde su exterior, pues está ubicado en un edificio que emula la forma de los prehistóricos talaiots que pueblan las islas de Mallorca y Menorca. En su interior, un recorrido entre distintos acuarios sorprende a los pequeños exploradores. "¡Mira, una morena!", mientras señalan con el dedito un pez en forma de serpiente que muestra su temible mandíbula, desafiante, entre las rocas de la pecera.
La función de este centro de visitantes, situado en sa Colònia de Sant Jordi, consiste en dar a conocer la singularidad del parque nacional marítimo-terrestre de Cabrera de una manera más profunda, puesto que la visita real a los islotes -una excursión en barco ideal para la primavera y el verano- está restringida a la zona del puerto y del castillo para no perturbar la tranquilidad de las especies protegidas que lo habitan.
Aquí, en los acuarios del centro de interpretación, se pueden contemplar de cerca meros, langostas, cangrejos, medusas, pulpos,... las especies que habitan las profundidades del archipiélago de Cabrera, y de las costas del Mediterráneo en general.