Las comidas en Navidad son el escenario de las reuniones familiares y de amigos de estas fechas tan señaladas. Por norma, no se celebra una única reunión de este tipo, si no que se suceden varias a lo largo del mes, incluso algunas se postergan hasta pasado Reyes.

Cómo sobrevivir a estas intensas, copiosas y numerosas comilonas no es un misterio; dejándonos aconsejar por expertos nutricionistas, podemos observar cómo con cuatro pautas, disfrute y equilibrio son posibles para no sufrir el mal del atracón.

- Antes de sentarnos en la mesa muy probablemente tengamos claro que no queremos pasarnos comiendo para, precisamente, evitar la sensación de después. Pero hay que ir mentalizados; tengamos en cuenta que cuando llegue la hora de la verdad, todo estará delicioso, apetecible y nuestra mente, seguramente, ya nos sugiera que no dejemos nada sin probar.

- Es importante no llegar a la comida o cena con hambre; esto se puede evitar fácilmente merendando a media mañana o a media tarde. Llegaremos mucho más saciados a la comilona.

- Tras la comida, podemos terminar con una infusión digestiva para ayudar a nuestro metabolismo a trabajar toda la ingesta previa. Eso sí, ¡la infusión no se debe acompañar de turrón!

- Moverse después de comer, ya sea con un buen baile o bien con una caminata. El caso es no irse a dormir, ni tan solo la siesta, por cortita que sea, con el estómago lleno.

- Si se puede escoger, podemos llenar nuestro plato con una porción de verduras mayor que de hidratos y grasas; una equilibrada porción de estos últimos y bastante verdura será un acierto.

- Es preferible comer despacio, masticando de forma calmada; así se da tiempo al estómago a reaccionar y sentir sensación de saciedad. Debemos estar relajados para evitar comer compulsivamente.

- Mezclar días depurativos entre los días que tengamos cenas o comidas de este tipo.

- No abandonar la actividad física durante los días de fiesta y, si se trata de uno de los propósitos de Año Nuevo, mejor si empezamos antes que después.

- Si somos nosotros los anfitriones, podemos diseñar un menú ligero pero navideño con la proporcionalidad de alimentos perfectos para una buena comida con menos calorías y menos pesadez.

? El alcohol es otro de los excesos calóricos de las fiestas, beber con moderación es importante. El azúcar de este tipo de bebidas también pasa factura.