Y es que Mallorca, además de contar con un rico patrimonio paisajístico, nos brinda una rica gastronomía. Sin ninguna duda, el complemento perfecto para unas vacaciones. Si aún no la has degustado, algunos de los platos imprescindibles de nuestra gastronomía son el frit mallorquí, los caracoles a la mallorquina, el arròs brut, el tumbet, la coca de rrampó, la sopa mallorquina y, como no, la sobrassada. Y de postre, no debe faltar una buena ensaimada.
Restauración de calidad
La oferta es inmensa y, tras un periodo especialmente duro para el sector, ahora es el momento de apreciar el esfuerzo de tantos restaurantes y sentarse en sus salones y terrazas y echar un vistazo a sus cartas, ahora digitalizadas.
La gastronomía mallorquina es aplaudida por muchos grandes chefs que se inspiran en ella para elaborar aunténtica magia culinaria.
Uno de las vértices más importantes a la hora de hacer turismo es la gastronomía lugareña. Uno espera probar esos sabores característicos de la región que visita, platos desconocidos, ingredientes sorprendentes o elaboraciones famosas. Bien pues, sin duda alguna, Mallorca destaca mucho en el ámbito gastronómico para todo aquel que nos visita, los turistas nacionales e internacionales subrayan nuestra comida mediterránea con excelentes puntuaciones.
En un momento insólito como el que 2020 nos ha deparado, es mucha la gente que ha decidido hacer turismo en su propia tierra, y como todo el mundo sabe, vivir en Mallorca es un privilegio así que aprovechemos este lugar maravilloso para redescubrirnos desde todas las aristas, una de ellas, la gastronomía.
Productos km 0, un lujo
Mallorca cuenta con numerosos productos de gran valor gatronómico y con la importancia de cultivarse o criarse en la isla, siendo de km 0. Los productos de km0 albergan la maravilla de comerlos casi recién recogidos del árbol, un verdadero lujo para el paladar y también para la economía lugareña.
Además, también hay cuantiosas denominaciónes de origen que aseguran un respeto por la tradición y el sabor. El vino, por ejemplo, cobra fuerza e intensidad en Mallorca gracias a su ubicación y clima, ambas, características idóneas para la producción vinícola. Destacar sus denominaciones de origen Binissalem y Pla i Llevant.
El aceite es otro de eso productos que aderezan cualquier plato con exquisito gusto y el Consejo Regulador de la Denominación de origen Oli de Mallorca, trabaja para cumplir la calidad exigida.
La sobrassada es otro de esos productos regulados para garantizar que elaboración, tradición y sabor perduren a lo largo de los años en su producción.
Otros ejemplos de productos que nacen, se cultivan y procesan en el campo mallorquín o en sus aguas, y que son muy valorados en la gastronomía lugareña son: las patatas de sa Pobla, los albaricoques porrerencs, las naranjas de Sóller, el cordero de Pollença, el tomate de ramallet, la llampuga, el caproig, la Flor de sal d’es Trenc, la aceituna de Mallorca, los higos, las alcaparras… Y así podríamos continuar.
Platos típicos
Como ya hemos mencionado al principio del texto, son muchos los platos típicos que trasladan al comensal a una espiral de tradición, cultura y sabor, sobre todo sabor. El pa amb oli, es uno de los más reconocidos por el turista internacional, en este plato ven una forma sencilla de saborear muchos productos locales, como verduras, quesos, embutidos, aceitunas... pero sobre todo un buen pan mallorquín, blanco o morenos, es sin duda la base más imprescindible del plato.
El frito mallorquín es un clásico al que muy pocos se pueden resistir, en todas sus versiones: ya sean de carne o pescado.
Los caracoles a la mallorquina son posibles gracias a las granjas de caracoles, numerosas en la isla y a una receta que invita a chuparse los dedos.
Los vegetarianos encontrarán su opción ideal en el delicioso tumbet, una exquisitez a base de verduras cocinadas en cazuela de barro y con una salsa de tomate, aceite y ajo, sabrosísima.
Aunque ahora tal vez no es la mejor época, un buen arroç brut no puede faltar en la lista de imprescindibles gastronómicos cuando uno visita Mallorca. Los productos de temporada serán, una vez más clave para este plato.
Por el contrario, la coca de trampó sí es un plato agradecido en el verano, momento en el que el cuerpo nos pide comidas frescas y ligeras. Cocinado al horno con una base de masa sobre la que se añadirá una mezcla de pimientos rojos, verdes, tomates, cebolla, pimentón, aceite de oliva y sal.
Solo algunos ejemplos de lo que el turista podrá degustar si nos visita.
Repostería típica
La ensaimada será probablemente el postre más internacional de Mallorca, pero hay otros muchos como la coca de patata, la coca de San Juan, la de albaricoques, los crespells, los rubiols -típicos de Semana Santa-, el cardenal de Lloseta o el gató de almendra, un lujo si se acompaña de helado. Una vez más es solo una pequeña enumeración.
Así que ya lo sabe, no hay turismo completo sin un paseo por la gastronomía popular y le aseguramos que tendrá que visitar Mallorca muchas veces para poder probarlo todo.