Son artistas, creativos, divertidos y los mejores anfitriones que uno pueda encontrase en el camino de la vida. Quizás por este motivo en los últimos años se han convertido en indispensables en muchas de las citas de sociedad más deseadas de esta Isla bendita. Martina explota, al igual que su futuro marido, la parte más creativa de su vida. Ambos llevan el arte a cualquiera de sus actividades cotidianas, lo que les convierte en la compañía perfecta para cualquier momento.
En esta ocasión nos recibieron en su preciosa casa situada junto al Mercat de l’Olivar, que es su despensa de lujo, para que juntos celebráramos estas fechas. Se les ocurrió una idea que es práctica y lógica, sensata y muy inteligente. No es otra que pedir a los invitados que colaboraran en el sarao aportando comida o bebida y conseguir de esta manera que la fiesta fuera más de todos que nunca. Se sirvieron quesos deliciosos, tortillas buenísimas... y se bebió todo lo que se quiso y más.
Los postres quitaban el sentido, aunque lo mejor fue la compañía, pues ambos tienen el don de saber juntar a gentes de todo tipo, siempre interesantes de ver y con las que compartir una experiencia distinta. Ver siempre las mismas caras en los mismos saraos puede resultar aburrido, sin embargo conocer a nuevos amigos, o volver a ver a algunos que se habían despistado por el camino es una de las grandes alegrías que nos regalaron.
Hubo elegantes oficiales, como es el caso de Francina Galmés Meliá, maravillosa con un vestido inspirado en las bolas de Navidad, pero todas se esforzaron en dar y regalar lo mejor de si mismas para esta noche tan especial en la que despedíamos a la anfitriona que pasa las Navidades en Punta del Este junto a su familia uruguaya. Serán sus últimas Navidades de solteros, casi nada.
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