Antonia Salamanca Garau, entrando en los juzgados de Vía Alemania a cara descubierta. | Jaume Morey

TW
6

Sin sorpresa. Antonia Salamanca Garau, de 51 años, la asesina confesa de su tía de 91 años en Sineu, a la cárcel. Enrique Morell, juez titular del juzgado de Instrucción número 9 de Vía Alemania, este miércoles en funciones de guardia, ordenó el ingreso sin fianza en el centro penitenciario de Palma por asesinato. Pasaban unos minutos sobre las cuatro de la tarde cuando el furgón de presos de la Policía Nacional hizo su entrada por la rampa de los juzgados. Instantes después y, ante una gran cantidad de medios de comunicación, Antonia era conducida hasta los calabozos de las instalaciones judiciales. Su entrada fue rápida y la asesina confesa accedió a dependencias judiciales con el rostro descubierto. Los periodistas le preguntaron: «¿Te arrepientes? Ella, compungida, dijo: «Si».

Horas más tarde, prestó declaración ante el juez. Se trataba de un puro trámite dado que, desde un primer momento, ya había confesado su crimen y colaborado con los agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional. Las pruebas existentes en su contra y la autopsia del cadáver resultaron demoledoras y deja muy porque margen a la defensa. La anciana falleció a consecuencia de una puñalada con arma blanca monocortante, al parecer, un cuchillo de cocina de mango blanco de grandes dimensiones. Dicha herida punzante llegó al corazón provocando la muerte. También se detectaron otras dos heridas de tanteo realizadas con el mismo cuchillo, sin repercusión alguna. El informe forense puntualiza que el cadáver presentaba lesiones costales y de la columna compatibles con la hipótesis de que la acusada introdujera a la anciana dentro de la maleta.

Noticias relacionadas

Antonia Salamanca, en su declaración policial, a la que ha tenido acceso Ultima Hora, apunta a que su tía tenía una gran adicción al fentanilo y que era «muy mala de aguantar». Es decir, que tenía un carácter difícil. El pasado domingo, al mediodía, se inició una discusión motivada porque la anciana se había caído del sofá. Acto seguido, se entabló una acalorada disputa y, fruto de un arrebato incontrolado, cogió un cuchillo de la cocina y le asestó varias puñaladas, una de ellas con resultado mortal.

Después, cogió una maleta de viaje de color rojo y la introdujo dentro para llevarla a Palma. La justificación que expuso la sospechosa es que había bebido una importante cantidad de alcohol y que estaba atravesando una depresión a consecuencia del fallecimiento de sus padres. Uno de los momentos más tensos se vivió en dependencias policiales cuando la asesina se reencontró con su hijo, de 25 años, que no quiso mirarle a la cara tras conocer que su propia madre había matado brutalmente a su tía.