De izquierda a derecha, los agentes de la Policía Portuaria que rescataron a la chica del mar, Miguel Ángel Cruz, Daniel Rodríguez, Roberto Veiga y Javier Fernández. | Alejandro Sepúlveda

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«La chica estaba sin fuerzas y semiinconsciente mientras no paraba de vomitar. Llegamos de milagro para salvarle la vida», explica Javier Fernández, uno de los héroes que este pasado miércoles rescataron del agua a una joven de 21 años que se precipitó al mar en la zona del Dique del Oeste en Palma. Un día después de evitar una tragedia, tanto Javier como sus otros tres compañeros de la Policía Portuaria que cooperaron en la operación de rescate, Miguel Ángel Cruz, Daniel Rodríguez y Roberto Veiga, que se encontraba fuera de servicio rememoran para Ultima Hora esas dos horas de nerviosismo, tensión e intenso trabajo en la tarde del miércoles.

«Recibimos el aviso a las 15:30 horas de que una joven se había precipitado al mar y estaba siendo engullida por las olas», explica Javier. «Nos movimos rápidamente hacia la zona, nos quitamos la ropa y sin pensarlo dos veces nos tiramos al agua», responde Veiga. Las complicaciones no tardaron en llegar debido al fuerte oleaje y las corrientes marinas. «El viento y las corrientes hicieron que tardásemos más en llegar hasta donde estaba ella, que era a unos 200 metros de distancia que recorrimos en cinco minutos más o menos», analiza Roberto Veiga, que estaba fuera de servicio y no dudó en lanzarse al agua.

Los cuatro agentes explican el rescate para Ultima Hora.
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Por su parte, Daniel se encargó de llevar todo el operativo desde tierra e informar de lo que estaba sucediendo. «Me quedé fuera avisando a la patrullera de lo que pasaba en todo momento y de donde se encontraban nuestros compañeros», confiesa. Al poco tiempo de llegar hasta la posición, los dos policías que seguían en el agua comprobaron el estado de la perjudicada. «Estaba muy cansada después de intentar salir por su propio pie. Estaba exhausta y casi no podía ni respirar ya que presentaba graves síntomas de hipotermia», insiste Javier, que asegura que lo más complicado fue subirla al barco para sacarla del agua. «Era un peso muerto ya que no tenía casi fuerza y la tuvimos que levantar nosotros desde el agua y llevó su tiempo», señala.

Los cuatro policías portuarios aseguraron que la intervención clave de un testigo fue vital para llegar a tiempo. «Un hombre de mediana edad nos ayudó y, sin él, no sé si hubiéramos llegado a tiempo», afirma Daniel, que desde fuera gestionó el rescate. «Según nos contó este señor, la víctima y el novio estaban discutiendo y se escuchaban gritos desde hacía un tiempo», aseguran todos los agentes. Actualmente, el estado de la chica es estable y se encuentra hospitalizada donde ha pasado la noche en observación tras sufrir hipotermia.