La entrada de la casa quedó totalmente quemada. | Pascual Ribot

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El incendio de este domingo en Costa de la Calma, le quitó el adjetivo a la urbanización de Calvià y lo convirtió en caos, pánico y expectación. Después de que las llamas calcinaran la vivienda de la calle Tords, las miradas se pusieron sobre esta casa y los vecinos vivieron horas de mucho temor entre sirenas de policía y bomberos llegando cerca de su habitual residencia.

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Aunque por suerte no hubo que lamentar más daños personales ni en las viviendas colindantes, los vecinos aseguran que tuvieron el miedo en el cuerpo durante algunas horas. Dorita, que vive justo en la casa de detrás se encontraba fuera de casa, pero recibió la llamada de otra vecina. «Nos llamaron cuando se iniciaron las llamas y aunque en primera instancia no contesté, al llegar a casa vimos todo esto y nos asustamos mucho», comenta. Además, Dorita afirma que una de sus vecinas, en un acto de valentía y solidaridad, salió en búsqueda de su familia. «Vinieron a buscar a mis nietos y a mi marido para alejarlos del foco del incendio».

La parte posterior de la casa también se vio afectado.

Por otro lado, comenta que la señora que vive en esta casa no socializa con nadie. «No sabemos cómo se llama, ni si vive sola o acompañada. No hablamos nunca con ella», insiste. A su vez, la testigo que llamó a Dorita, que ha preferido mantenerse en el anonimato, comenta que lo primero hizo es llamar a los vecinos y a los bomberos para evitar males mayores. «Avisé a Dorita porque tenía miedo de que el fuego llegase a su casa, pero lo primero que hice fue llamar a las autoridades para que no pasase nada más grave», asegura. Por su parte, esta vecina reafirma que la víctima no tenía relación con la gente del barrio. «No la conocemos, de hecho, no hemos hablado con ella nunca, ni sabemos como se encuentra».