Los dos acusados, este jueves, en el juicio en la Sección Primera de la Audiencia de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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Cuando Steve C., costarricense de 43 años, fue detenido en una nave de Son Cotoner, en Palma, llevaba la ropa manchada de pintura. El hombre, que está acusado junto a Edwin E., de 44 y el mismo origen, de enviar a Mallorca 124 kilos de cocaína procedente de Panamá, ha contado en el juicio en la Audiencia de Palma que el 11 de noviembre de 2021 llegó un camión y el conductor preguntó por su compañero para dejarles dos cajas grandes de madera. La Fiscalía pide nueve años de cárcel para Edwin, que tiene antecedentes por tráfico de drogas y una multa de ocho millones de euros, y ocho años de prisión para Steve y una multa de seis millones.

-¿El señor Edwin sabía algo de este envío?- ha preguntado el fiscal superior de Balears Julio Cano.
-Me dijo que era una bomba de agua y, a los pocos minutos, aparecieron los policías.

Los dos hombres fueron detenidos en ese instante por agentes del Grupo I de Estupefacientes de la Policía Nacional.

-¿Usted no era conocedor de que ese envío contenía una gran cantidad de cocaína?
-No. Cuando iba en el carro, detenido, pregunté que por qué me detenían y me dijeron que era por un asunto de drogas.

Steve C. ha explicado que se encontraba terminando la reforma de la nave de la madre de un amigo cuando lo arrestaron. «Estábamos poniendo puertas, pladur y aire acondicionado», ha matizado. El hombre estaba alojado en la casa de los padres de este amigo en Felanitx. El asunto de drogas, según la Fiscalía, era la importación de 124 kilos de cocaína. Los procesados, junto a otras personas que no han sido identificadas, organizaron el transporte de una importante cantidad de cocaína de Panamá que debía llegar a Mallorca tras pasar por los puertos de Algeciras y Barcelona.

La sustancia tenía que recalar en la Isla el 30 de noviembre de 2021 y los investigados se encargarían de alijarla en una nave industrial de Son Cotoner. El 11 de noviembre, agentes de la Policía Nacional y del servicio operativo de Vigilancia Aduanera (SVA) de la Agencia Tributaria interceptaron en el puerto de Algeciras un contenedor procedente de Panamá con destino a Mallorca. En su interior había dos palés que contenían sendos cilindros metálicos de maquinaria de gran tamaño con 124 kilos de cocaína, valorados en cuatro millones de euros.

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La droga no llegó a la nave industrial. El Grupo I de Estupefacientes del Cuerpo Nacional de Policía tras una espectacular operación detuvo a los dos sospechosos en Palma cuando recibieron dos palés con dos depuradoras de agua. Uno de los acusados, en el momento de su detención, llevaba 1.000 euros en el bolsillo procedentes de la venta de sustancias estupefacientes. Los dos traficantes permanecen en prisión desde el 30 de noviembre de ese año.

Edwin E. ha explicado que un amigo que le presentó a Steve C. y que se encuentra en paradero desconocido, le propuso crear una empresa de máquinas de depuración de agua para instalarlas en villas de lujo. «Me vendió las bombas de agua como si fueran un bitcoin. Yo estaba quemado de la hostelería y me pareció la oportunidad de mi vida para salir de la noche de Eivissa, que es demasiado, era la luz al final del túnel», ha relatado. «Me pareció un buen negocio». El hombre ha comentado que viajó de Eivissa a Mallorca solo para receptar dos máquinas de depuración de agua.

-¿Usted qué tenía que hacer?- ha preguntado el fiscal.
-Yo iba a hacer de comercial de las máquinas de depuración de agua. Él me vendió la moto muy bien.
-¿Usted no sospechaba que venía cocaína desde Sudamérica?
-¿Qué voy a hacer yo con eso?
-¿Usted no sospechaba que en el interior de esa maquinaria había sustancia estupefaciente?

En Costa Rica, mi amigo y yo tomábamos cocaína juntos. Él me dijo que iba a mandar a Mallorca un regalito para nosotros, para darnos un homenaje. Y eso fue lo que yo sabía. Yo eso lo veía a los grandes narcos en la televisión. Si yo sé que llega a enviar esa cantidad de droga no dejo a mi hijo y a mi esposa sola. No estoy loco. Yo he comprado unos gramos, pero nunca me pude imaginar que alguien que yo conociera pudiera manejar este volumen de droga. Mi amigo fue la única persona que tuvo el control total del envío.

-¿Por qué su amigo no estaba en el momento de la recepción?

Porque estaba buscando párking. Venía detrás del camión. Si la policía se hubiera esperado cinco minutos estaría aquí sentado...