Isabel María Garrafé, junto al garaje donde apareció el cadáver. | Alejandro Sepúlveda

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«Durante todo el fin de semana en la casa se produjeron movimientos extraños. Escuchamos ruidos y golpes muy fuertes durante toda la noche. Las paredes de esta casa no son muy gruesas y se escucha todo. Era un ruido de movimiento de muebles y golpes secos», apunta Isabel María Garrafé, vecina de la fallecida y conocida frutera del barrio.

Los vecinos de Gloria Francisca se mostraban este miércoles estupefactos ante la noticia. Muchos de ellos se enteraban del fallecimiento al detectar una nube de periodistas ante la puerta del número 285A de la Carretera Militar, vivienda donde residía la víctima.

«El lunes varios amigos y compañeros de trabajo –muy extrañados porque no se había presentado a su puesto de trabajo– se aproximaron a su casa para interesarse por ella. Nunca más supieron de ella», apunta otro de los vecinos.

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Gloria Francisca Zavala Correa trabajaba como limpiadora, desde hacía algo más de 15 años, en el parque acuático del Aqualand, en s’Arenal. «Era una mujer encantadora, servicial y muy atenta con todo el mundo. Hace unos días le pidió a los coordinadores de los socorristas trabajo para su hijo. Gloria era muy trabajadora y adoraba a su hijo», apuntan algunos de los compañeros de trabajo del parque.

Por su parte, la Policía Judicial de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía se personaron en el puesto de trabajo de la víctima y se entrevistaron con algunos de sus compañeros de trabajo de Aqualand.

Algunos de ellos explicaron que Gloria había finalizado su turno de trabajo el pasado sábado. «El domingo por la mañana la vieron en la parada del bus y le pidieron si quería que la llevaran a algún sitio, pero ella les dijo que estaba esperando a una persona. Fue la última vez que alguien la vio con vida. Algunos amigos de la víctima nos han dicho que el domingo mantuvo una discusión con una persona allegada», concluye uno de los trabajadores consultados.

Una vez finalizado el turno de trabajo y cerrada la instalación, todos los empleados dirección, socorristas y personal de seguridad se concentraron y guardaron un respetuoso minuto de silencio en recuerdo de su excompañera. En el centro se ubicaron tres velas.