Carmen R., a la derecha, ha sido acompañada a poner la queja por los responsables de la Plataforma per la Llengua. | Plataforma per la Llengua

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La pasajera que denunció un intento de agresión de un conductor del TIB por hablar catalán ha presentado una queja formal ante la empresa pública Transports de les Illes Balears (TIB). La mujer, que ha sido acompañada a poner la queja por los responsables de la Plataforma per la Llengua, ha lamentado que el chófer la obligara a hablar español y a «sentir vergüenza» por expresarse en su lengua, ha informado la entidad en un comunicado.

Según el relato de Carme R., los hechos ocurrieron sobre las 17'15 horas del pasado 29 de abril, en la estación intermodal de Palma, cuando se dirigió al chófer del bus de la línea 302 en dirección a Muro, interesándose por la próxima hora de salida.

«De repente me pidió que hablara en español, quería que sintiera vergüenza por expresarme en mi lengua y me dijo que, si quería emplear el catalán, que fuera a Cataluña», ha asegurado. Ha añadido que se esforzó en vocalizar al dirigirse al conductor: «Realmente no quería entenderme».

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Posteriormente, desde la puerta del bus, el conductor «alentó» al resto de pasajeros a empujarla y quitarla de en medio. «Me temblaban las piernas porque no entendía cómo aquella gente podía ayudar al agresor y no a la víctima», ha explicado. Por último, el conductor la respondió en inglés y le dijo que «era mala persona».

Una vez puesta la queja, Carme esperará a conocer la respuesta del TIB para decidir si denunciar los hechos ante Consumo o Transportes. Ha asegurado que no denunciará los hechos ante la Policía Nacional porque le harán hablar en castellano para presentar la denuncia y dejar anotado que no la han dejado expresarse en catalán, algo que considera «incoherente». La mujer ha solicitado reunirse con la coordinadora del servicio de transporte «para conocer por qué estos casos son tan frecuentes».

La responsable de administraciones públicas de Plataforma per la Llengua, Marina Garcias, ha pedido «que se detengan estas vulneraciones reiteradas» y permitan vivir el derecho a emplear la lengua propia. «No podemos consentir este clima de enfrentamiento, que debe apaciguarse», ha reivindicado.