Dramas. Arriba, el matrimonio Green y, abajo, el matrimonio Kircher.

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Los Green y los Kircher no tenían nada en común. Pero los dos matrimonios encontraron el martes la muerte en Mallorca, tras desbordarse el torrente de Sant Llorenç.

Anthony y Delia Green, de 77 y 75 años, eran una pareja de jubilados de Escocia, que el mismo día de la tragedia acababa de aterrizar en Son Sant Joan. De allí tomaron un taxi hasta su hotel de Cala Bona y por el trayecto les sorprendió la riada y mató a los tres ocupantes del coche, incluido Juan Grande Sillero, el chófer. Sus cadáveres aparecieron el miércoles. Delia estaba enferma y salía poco de su casa, en Moffat. Anthony se dedicaba a cuidar su jardín. «Estaban entusiasmados con su viaje a Mallorca. Querían visitar a su hijo», relató ayer un vecino.

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Residentes

Los Kircher, en cambio, eran alemanes residentes en Mallorca. Petra tenía 63 años y Mike, 61. El martes por la tarde circulaban en su Ford Focus negro con matrícula 0636 JXX entre Capdepera y Artà. La tromba de agua embistió el vehículo y la pareja falleció, al parecer ahogada. Este viernes por la mañana, Sabine Lammers, la cónsul alemana, relató que estaban desaparecidos y que la última comunicación que tuvieron fue con un amigo, en la que le contaban que estaban atrapados por el agua. Por la tarde, la Guardia Civil y los equipos de emergencia hallaron sus cuerpos, cerca del coche destrozado.