Unos 60 compañeros y amigos de Joaquín Molina le organizaron ayer una fiesta homenaje. | Michel's

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45 años de servicio impecable no se cumplen todos los días. Por ese motivo, unos 60 guardias civiles organizaron ayer un homenaje al comandante de la Guardia Civil de Calvià Joaquín Molina. El oficial se jubila con una carrera tan dilatada como brillante.

Molina (Córdoba, 1950) llegó a Mallorca con 19 años, procedente de la Escuela de Guardias Jóvenes del colegio Duque de Ahumada, en Valdemoro. Su primer destino fue la mítica Plaza Gomila, en diciembre de 1969. «A tito's había que entrar con corbata, nosotros; y las mujeres con vestido largo. Eran tiempos magníficos», recuerda el oficial, sobre aquella época dorada.

A partir de ahí, se sucedieron los destinos: el Grupo de Información del ya desaparecido cuartel de Peguera, la Comandancia de Palma, el cuartel de Sant Antoni (Eivissa), Can Picafort, la central operativa (COS), oficial ocho años en Menorca, Puerto de Palma y finalmente, de nuevo, capitán de Información de Palma, sustituyendo al capitán Moisés, que se jubilaba.

Ayer, en Pachá de Son Caliu, sus compañeros le organizaron una cena homenaje de despedida. Con sorpresa incluida: un retrato suyo, de uniforme de gala y con todas las condecoraciones recibidas. Molina, muy emocionado, sopló las velas de sus 45 años sirviendo a la Guardia Civil y lanzó una promesa: «Para mis amigos estaré donde siempre: disponible».