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El Juzgado de lo Penal número 1 de Inca acogió ayer la continuación del juicio contra un vecino de Inca acusado de abusar sexualmente de su hija, menor de edad. En la vista oral, los tres psicólogos que se entrevistaron con la niña reconocieron indicios de abusos, consistentes en tocamientos y caricias. Por su parte, el acusado negó los hechos.

Todo comenzó en febrero de 2000, cuando la madre de la víctima comenzó notar una actitud «muy nerviosa» en su hija al regreso de las visitas del que disfrutaba el agresor, que en esas fechas llevaba divorciado de su esposa cerca de un año. La madre decidió consultar con una profesora, que remitió el caso a la psicóloga del colegio.

Tras un primer informe en el que se constataban los indicios de abusos, la madre se decidió a denunciar los abusos y pidió la opinión de una segunda psicóloga, que ratificó el primer informe. En la vista de ayer debía presentarse la declaración de la menor, grabada en video. Sin embargo, este testimonio ha sido pospuesto por problemas técnicos hasta el próximo mes, en que testificará otro forense. El fiscal solicita tres años de cárcel para el acusado y seis años de alejamiento.