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El sistema de alerta automática de la empresa suiza de controladores aéreos Skyguide no funcionaba cuando el Tupolev ruso con 69 personas a bordo y el Boeing de carga DHL con dos tripulantes chocaron ayer en pleno vuelo en el sur de Alemania; además, sólo había un controlador trabajando en el momento del siniestro, y el avión ruso fue avisado de que cambiara de altura con sólo 50 segundos de antelación. Estas revelaciones son doblemente comprometedoras, ya que los controladores suizos, respaldados por las autoridades del Estado de Baden-Wurttemberg (sur de Alemania), acusaron del accidente al piloto ruso pese a las protestas del Gobierno de Moscú y de la compañía aérea. Mientras, los familiares de las víctimas, entre las que se cuentan 52 niños, llegaron ayer a Alemania.

Un portavoz de Skyguide diferente al que acusó de negligencia del piloto ruso reveló ayer que el sistema de alerta automática que previene a los controladores de una posible colisión en vuelo estaba apagado el lunes por la noche, justo en el momento del accidente. «El sistema no funcionaba en este momento», explicó Roger Gaberelle, precisando que se estaba procediendo a una verificación de rutina de las que suelen tener lugar de noche, «que es cuando el tráfico es menos importante».

Por su parte, Patrick Herr, el otro portavoz que acusó al Tupolev de hacer caso omiso de las instrucciones de la torre de control, reconoció que el sistema estuvo fuera de servicio durante varias horas, y que los controladores lo sabían. Gaberelle, por su parte, añadió que los controladores avisaron al piloto ruso 50 segundos antes del accidente, que este tiempo era «suficiente» para evitar una colisión con el Boeing y conforme a la legislación internacional y que, en todo caso, el sistema automático no habría alertado antes tampoco de haber estado operativo.

El martes Skyguide aseguraba haber avisado al piloto del Tupolev en tres ocasiones para que redujera altura y evitara la trayectoria del Boeing, que volaba también a 12.000 metros de altura en una trayectoria prácticamente paralela. Según estas primera versión, que deberán confirmar las cajas negras, el piloto ruso respondió demasiado tarde, y para cuando inició la maniobra, el Boeing ya había empezado a reducir altura, alertado por su sistema automático, por lo que los dos aviones volvieron a encontrarse a 10.590 metros y chocaron.