Sobre estas líneas, la concurrida rueda de prensa en el Ajuntament palmesano. Foto: A.SEPÚLVEDA.

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La campaña «Trankicom.moto» es la nueva y más ambiciosa apuesta de Cort para evitar que los más jóvenes piloten alocadamente motos y que cada año aumente el número de lesionados irreversibles o víctimas mortales. En este sentido, el teniente de alcalde de Gobernación del Ayuntamiento, José Manuel Sierra, abogó ayer por endurecer las condiciones para la obtención de la licencia de ciclomotor, a fin de paliar la elevada siniestralidad de este tipo de vehículos.

Sierra, cuya opinión es compartida por el jefe provincial de Tráfico de Balears, Javier Coromina, recordó que el 50 por ciento de las personas que resultan heridas de carácter grave en accidentes de tráfico en Palma son conductores o pasajeros de ciclomotores y motocicletas. La propuesta de una mayor exigencia de conocimientos viales para la obtención de la licencia fue realizada en el transcurso de la presentación de la campaña, que pretende concienciar a los jóvenes de la necesidad de conducir con prudencia. La campaña municipal, en la que colaboran el Real Automóvil Club de Cataluña (RACC) y la Caja de Ahorros de Balears «sa Nostra», incluye carteles y vídeos para repartir en los institutos y un anuncio para los cines que muestra las trágicas consecuencias de un accidente mortal de ciclomotor con el lema «esta asignatura no la podrás recuperar en septiembre».

Tanto Sierra como el presidente del RACC, Sebastià Salvadó, coincidieron en que la proliferación motocicletas y ciclomotores en las ciudades ha generado un grave problema social que no se puede resolver «sólo con sanciones». El comisario de la Policía Local de Palma, Joan Mut, insistió en esta idea -«se trata de un problema social, no policial»- y consideró que «la mejor manera de reducir los accidentes es fomentar una actitud responsable sobre la moto». Mut reveló que cada año hay en Palma cerca de 1.400 accidentes de ciclomotor, la mayoría de ellos por no respetar la señal de ceda el paso, los cuales provocan una media de ocho muertos anuales y 600 heridos, algunos muy graves.

Las estadísticas confirman que más de una quinta parte de la siniestralidad de la urbe afecta a motocicletas y ciclomotores. «Hace pocos días», indicó Mut, «un joven de 16 años perdió la vida con su ciclomotor en cala Major porque no llevaba puesto el casco. La campaña ´Trankicom.moto´ quiere evitar este tipo de cosas», señaló. En relación al uso del casco, Mut dijo que se debería imponer el modelo integral, frente a los que, a pesar de estar homologados por la Dirección General de Tráfico, sólo cubren la parte superior de la cabeza y se manifiestan poco eficaces en caso de siniestro. Otro de los temas que preocupan a los expertos es la manipulación generalizada de las características técnicas de los ciclomotores, los llamados «trucajes», un asunto que, según Mut, se está tratando de resolver con la colaboración de los fabricantes.

Para el RACC, por otro lado, empieza a ser «muy preocupante» la cantidad de ciclomotores que circulan sin seguro obligatorio como consecuencia del aumento de los precios de las pólizas. Sebastià Salvadó cifró en torno al 20 por ciento del total la cifra de estas pequeñas motos que carecen de seguro. Coromina, por su parte, agregó que a pesar de que para reducir el número de accidentes hay que seguir sancionando a los infractores, existe un sentimiento generalizado entre los jóvenes de que «a mí no me va a tocar», de modo que el aspecto más importante de la prevención es, precisamente, las campañas de concienciación, opinó. Joan Fageda, por último, recordó que es muy difícil encontrar una familia que no haya vivido de cerca el drama de un accidente de moto.