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P.M.-S.A. Un hermoso perro de la raza Rottweiler, con collar pero sin nombre ni amo conocido, paseaba la pasada noche, solo, por s'Arenal. Parecía perdido y, unos diez minutos antes de la medianoche, se quedó mirando al interior de un bar, en la Carretera Militar, esquina con la calle Milán. Cinco minutos después se requirió la presencia policial a través de una llamada al 092. Una patrulla de la Policía Local se desplazó al lugar. Desde la central del Cuerpo se pusieron en contacto con el Cos de Bombers para que acudiera una dotación a recoger al animal, puesto que así al parecer está estipulado. Pero los bomberos dijeron que no era de su competencia. Mientras tanto, el perro seguía en la calle ante la mirada de los policías, y atendido por una vecina de la zona que tiene varios perros. En la calle seguía el perro, la vecina y dos agentes de la Policía Local de Palma. Se intentó contactar con algún responsable de la Sociedad Protectora, pero no se consiguió. Sobre la una y media de la madrugada se decidió avisar a Dornier, la empresa de las grúas, que trasladó hasta el lugar una jaula para perros. Llegó pasadas las dos de la madrugada pero el problema, entonces, era cómo hacer que el perro entrara en la jaula. Entonces se buscó una solución: se cogieron muslitos de pollo al ajillo y uno de los policías se los iba enseñando al perro. El animal, que por lo visto no había cenado, y si lo había hecho estaba dispuesto a repetir ante tan delicioso manjar, iba siguiendo el rastro de la carne, hasta que entró en la jaula. Una vez dentro se cerró y jaula y perro fueron trasladados a Son Toells.