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La juez de instrucción 6 de Sevilla dejó ayer en libertad bajo fianza de 250.000 pesetas al guardia civil Pedro Jiménez Menchén, autor del disparo que mató a la joven Míriam Gómez Cuadrado en la madrugada del pasado sábado, tras saltarse un control de alcoholemia el coche que conducía su novio. El brigada de la Guardia Civil afirmó que no vio a la ocupante del vehículo, pues creyó que sólo viajaba el conductor, y que éste circuló de forma temeraria para los restantes usuarios de la vía, muy numerosos según su declaración. La decisión de la juez atendió a la petición del fiscal, que había solicitado la libertad sin fianza del agente como autor de un delito de imprudencia con resultado de muerte, y no tuvo en cuenta la calificación del abogado que representa a los padres de la fallecida, quien pidió la prisión incondicional por un delito de homicidio imprudente. Pedro Jiménez, apartado del servicio tras ocurrir los hechos, acudió al juzgado vestido de paisano y fuertemente custodiado por cinco agentes de la Guardia Civil, también vestidos de paisano. Con intención de eludir a los numerosos periodistas que aguardaban a la puerta, el agente fue sacado por sus compañeros por una puerta posterior mientras otros cuatro guardias protagonizaban una espectacular salida, con derrape incluido, por la puerta delantera, con objeto de atraer hacia sí la atención de los periodistas.