TW
0

«En enero debía estar acabado el nuevo colegio, pero todos sabíamos que era un cuento. En varias ocasiones denunciamos la precariedad de las aulas prefabricadas, pero sólo las reforzaron con cemento en la base». Los padres de los alumnos del colegio público Badies se mostraban indignados ayer por lo ocurrido, máxime si se tiene en cuenta que ya se habían quejado del recinto provisional instalado.

El padre de un alumno manifestó que había sido el primero, años atrás, en alertar sobre la situación de las cuatro casetas de aluminio. El hombre, que prefirió permanecer en el anonimato, sostuvo que las instalaciones eran defectuosas y que emplearlas durante cuatro años era «una barbaridad».

Ayer tarde se reunió, con carácter urgente, el consejo escolar, para calibrar el alcance de lo ocurrido y resolver donde se reorganizarían los cursos que han quedado sin aula, en concreto segundo y tercero de educación infantil. La Guardia Civil de Llucmajor lleva a cabo las diligencias del suceso y un capitán inspeccionó ayer los trabajos de investigación. Los bomberos, por su parte, realizan un atestado paralelo. Los investigadores apuntan, en un principio, al cortocircuito como causa probable del siniestro. En el aula había material combustible (maderas, papeles, abrigos) y las planchas eran de aluminio.