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Cuando el crimen ciego y premeditado contra mujeres y niños, el secuestro de personas indefensas, ajenas a todo conflicto y cuyo único crimen es ser judíos o estar en Israel, cuando la profanación de cadáveres de hombres y de mujeres que, en su caso, son desnudadas y sus cuerpos abusados para regocijo público, se ha llegado al límite máximo del salvajismo, de la falta de civilización y humanidad y se ha echado por tierra cualquier causa que, antes, podía ser considerada como legítima.

Para ponernos en contexto, el sábado pasado, sábado y día festivo religioso judío, el mundo entero se despertó ante las noticias de ataques terroristas palestinos indiscriminados contra la población civil israelí que, a estas horas y según cifras de Maguen David Hadom (equivalente de la Cruz Roja), ya arroja centenares de muertos y más de un millar de heridos entre la población civil, sin contar las decenas de civiles secuestrados por los terroristas.

El ataque sin precedentes comenzó con el lanzamiento masivo de cohetes, por parte de la organización terrorista Hamás desde la Franja de Gaza hacia Israel y que se completó con un gran número de terroristas infiltrados en Israel desde diferentes puntos. Esta acción ya ha provocado que las autoridades de Israel hayan declarado oficialmente el estado de guerra e informado que harán uso de su legítimo derecho a la defensa para poner fin a este ataque indiscriminado contra su población.

Pero el problema es más grave y no basta con que los países europeos, que son los que in fine, con la contribución de otros como Irán o Catar, han dado los medios a Hamás para llevar a cabo esta barbarie, se rasguen, hoy, inocentemente, las vestiduras. ¿Alguien se ha preguntado donde van los fondos de ayuda ‘humanitaria’ que la Unión Europea o que países como el nuestro mandan a Gaza? ¿Alguien controla, seriamente, donde se gastan los fondos de ayuda ‘humanitaria’ que la Unión Europea o que países como el nuestro mandan a Gaza? ¿Alguien sabe en que se emplea en dinero de los contribuyentes europeos? Nadie lo quiere saber y a nadie le importa excepto a esas personas que, hoy, son objetos de la barbarie terrorista.

¿Qué decir a esos gobiernos, políticos y partidos políticos de países como el nuestro que colaboran alegremente y aceptan la ayuda de países como Irán y que hoy defienden las acciones de los terroristas? ¿Les importa colaborar con el país que coordinó estos actos de terrorismo y que ha maquinado estas acciones repugnantes? No. Los anglófonos dirían shame on you, yo diría: la historia y las consecuencias que mañana tendrán vuestros actos así como vuestras lealtades de hoy os juzgarán.

A todos estos amigos, los que han pecado por mandar dinero de forma arbitraria y descontrolada y a los que, hoy, apoyan acciones terroristas les diré que acaban de llevarse por delante una causa que, hasta el domingo, podía ser noble pero que ya es caduca. Ya, hoy, nuestro Gobierno y nuestros medios al igual que muchos otros gobiernos y medios extranjeros hicieron algo que nunca habían hecho: llamar al terrorismo, terrorismo y legitimar al Estado de Israel su derecho a la autodefensa.

No todo vale ni vale todo. Ni en el amor ni en la guerra se justifican acciones tan repugnantes como las que estamos viviendo y, ahora, Israel deberá actuar con el único fin de defender a sus ciudadanos de cualquier forma; y que no se equivoquen los que piensan que el Estado de Israel teme una amplia contienda en Gaza, no es así. Todos los que se han vendido por intereses putrefactos saben que Israel hará pagar un elevado precio a las organizaciones y a los estados terroristas, y que está preparado para actuar todo el tiempo que sea necesario para alcanzar su objetivo final que no es otro que su seguridad.

Hamás es el soberano de la Franja de Gaza, Hamás es quien está detrás de estos ataques y es Hamás quien deberá asumir todas las consecuencias y toda la responsabilidad de los hechos del 7 de octubre negro.