Mallorca, en la Vuelta a España en 600

El organizador de la etapa mallorquina, Pedro Pizá, un enamorado de los vehículos clásicos y, sobre todo, de los Seat 600, es el responsable de movilizar a los propietarios del ‘pelotilla’ en Mallorca, junto a Daniel Simonet, presidente del Grup 600 i Quatre Rodes Mallorca, propietario de varios ‘600’. Ambos recibirán, a finales de abril, en el puerto de Palma, a la comitiva llegada desde Valencia, participantes en este tour nacional y con el testigo a bordo. En un principio, visitarán Sóller, irán hacia Formentor y después descenderán hacia Inca.

Pedro Pizá, que ahora está rehabilitando dos Seat 600, uno matrícula B y otro matrícula PM, para un amigo, y que anteriormente ya restauró varias unidades de este emblemático vehículo –uno de ellos para su mujer–, señala que «el proyecto nació para que los dueños de estas joyas rodantes salgan a las carreteras y se diviertan haciendo amigos en ruta por la maravillosa España», a la vez que «enseñan a las nuevas generaciones estos increíbles vehículos, protagonistas de la automoción y modernización de nuestro país».

Este vecino de Campos, «loco de los coches con encanto», como él mismo se autodefine, asegura que el objetivo de la presencia de los Seat 600 peninsulares e isleños en Mallorca es lúdico, festivo y formativo. Además de cumplir con la décima etapa del periplo por el país, otra de las finalidades del recorrido insular «es enseñar a los participantes, unos amigos que traen el testigo a casa, los atractivos de la Isla y a los mallorquines hacerles disfrutar con una importante comitiva de Seat 600».

«Fue el vehículo que modernizó España y dio libertad a los españoles; en algunos casos para poder ver el mar por primera vez, familias que se reencontraron después de años de separación, e incluso ir a Francia a ver películas censuradas aquí», explica Pedro Pizá antes de recordar que el ‘600’ se fabricó en España entre el 27 de junio de 1957 y el 31 de julio de 1973.