Los pacientes buscan alternativas a la medicina convencional. Foto: EFE

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CARMEN PLANELLES-EFE

El auge de las terapias naturales, que practican unos 35.000 profesionales y consumen miles de usuarios, obliga a una regulación del sector. Frente a las reticencias de los médicos, un estudio concluye que un 73% de los sanitarios de Cataluña defiende su incorporación en el sistema de salud.

¿Qué cualificación deben tener esos profesionales?, ¿qué competencias profesionales tienen cada uno?, ¿qué validez terapeútica tienen los tratamientos? Estas y otras cuestiones se debaten ya en un grupo de trabajo que hace un mes creó el Ministerio de Sanidad.

Naturopatía, Osteopatía, Homeopatía, Acupuntura, Fitoterapia, son algunas de las terapias no convencionales que un estudio llevado a cabo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) engloba como Medicinas Complementarias y Alternativas (MCA).

La doctora Josefina Caminal, del departamento de Medicina Preventiva de la UAB y directora de un trabajo en el que han participado diferentes colegios profesionales y el Departamento de Salud de la Generalitat, cree que esa actitud favorable hacia los MCA se sustenta, en que «pueden ser un complemento a la medicina convencional, pueden estimular la cura natural del organismo y representan una manera diferente de entender la salud».

Al menos, esto reflejan los resultados del estudio en el que han sido consultados 513 profesionales de la salud en Cataluña: un 40,5% enfermeros, 30,4% médicos, 11,9% farmacéuticos, 9,6% psicólogos y 7,6% fisioterapeutas.

La razón del auge de estas prácticas, de acuerdo con el resultado del estudio está, según Caminal, en «la falta de tiempo que los médicos convencionales pueden dedicar al paciente y la excesiva medicalización del sistema sanitario».

El aumento del poder adquisitivo, de la esperanza de vida, del conocimiento de otros sistemas de salud de otros países, así como del desarrollo de enfermedades psicosociales fruto del estilo de vida, está también en el origen de ese auge, opina la doctora.