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El ministro de Interior, David Blunkett, señaló además que la actual legislación contra la delincuencia sexual, que data de 1956, se había convertido en un instrumento «arcaico» que no daba respuesta a la amenaza de los pederastas en la Red. «Ahora "dijo" vivimos en un mundo de comunicaciones globales, con niños que pueden pulsar la tecla de un ratón y acceder a portales pornográficos de Internet creados por la industria multimillonaria del sexo».

Una de las medidas enérgicas que contemplará la nueva legislación es que cualquier persona culpable de mantener relaciones sexuales con niños menores de doce años será acusada de violación y podría ser condenada a una pena máxima de cadena perpetua. Asimismo, inducir a un menor a quitarse la ropa para posar o hacer de modelo puede acarrear una sanción máxima de diez años de prisión, si no se produce contacto físico, y de catorce años en caso de que haya un contacto directo.

La nueva ley también revisa el delito de violación, pues a partir de ahora el presunto violador no podrá alegar que la víctima dio su consentimiento si aquella está drogada, dormida o borracha, en cuyo caso la pena puede ascender a diez años de cárcel. Sobre este asunto, Blunkett subrayó que la violación es «uno de los crímenes más terribles» y que la vigente ley posibilita que «un violador diga en un tribunal que creía que tenía el consentimiento (de la víctima) y pueda quedar en libertad. Y eso no es justo».

Blunkett anunció que se endurecerá la ley para atrapar a los pederastas que usen Internet con el fin de contactar con niños para cometer abusos sexuales. A partir de ahora, el hecho de que un adulto que, en persona o mediante Internet, trate de engatusar a un niño con la intención de cometer un abuso sexual constituirá un nuevo delito en el Reino Unido y podrá ser penado con hasta cinco años de cárcel. Blunkett indicó que la nueva medida persigue «proteger a los menores de la insidiosa utilización que los pederastas hacen de Internet», al tiempo que permitirá a la policía detener a un sospechoso antes de que se cometa cualquier abuso.