Partidarios de las centrales nucleares celebran la decisión.

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EFE-HELSINKI Mientras países como Alemania, Suecia, Bélgica y Holanda acordaron el cierre paulatino de sus plantas atómicas, Finlandia apostó por la producción nuclear para reducir su dependencia energética respecto a Rusia, donde compra la mitad de la energía que consume, y a la vez disminuir sus emisiones de CO2 a la atmósfera, tal y como acordó en la Convención de Kioto. La nueva central, la primera que se construye en Finlandia en más de 20 años, tendrá un coste de unos 2.500 millones de euros y una potencia de entre 1.000 y 1.600 megawatios. El grupo eléctrico Teollisuuden Voima Oy, cuyos propietarios son las principales empresas papeleras y metalúrgicas finlandesas, financiará la mayor parte del proyecto.

El primer ministro Paavo Lipponen se mostró muy satisfecho porque «permitirá a Finlandia diversificar su producción energética y alcanzar los objetivos de Kioto». De todos modos, Lipponen advirtió de que su país seguirá investigando cómo ahorrar energía e invirtiendo en fuentes renovables, ya que «la nueva planta tampoco soluciona todos nuestros problemas». El primer ministro declaró que Finlandia no está dando un mensaje pro-nuclear a los demás países miembros de la Unión Europea (UE). Según Lipponen, existe demasiado temor por la energía nuclear, cuando el verdadero problema es la contaminación producida por la ignición de combustibles fósiles, sobre todo carbón.

El primer ministro criticó también a los que, durante el debate previo a la votación, se inclinaron por continuar importando la energía con tal de no aumentar la producción nuclear. «No tiene sentido comprar a Rusia una electricidad que puede estar producida en plantas nucleares similares a la de Chernobil», declaró. El resultado de la votación ha abierto una crisis en la Liga Verde, grupo ecologista que forma parte de la coalición de Gobierno.

La posibilidad de abandonar el Gobierno en protesta por la decisión será sin duda el principal tema de debate durante el congreso anual de los «verdes» este fin de semana. El presidente de la Liga Verde, Osmo Soininvaara, manifestó recientemente que su partido debería permanecer en el Gobierno fuese cual fuese el resultado de la votación, opinión que no comparte la mayoría de sus compañeros de grupo. Desde Bruselas, la comisaria europea de Energía, Loyola de Palacio, planteó la conveniencia de abordar de nuevo y «de forma desapasionada» el debate sobre el futuro de la energía nuclear.