TW
0

Las más altas instancias sanitarias de EEUU, entre ellas el Departamento de Salud, han pedido al gobierno que suavice las restricciones que impone a la marihuana, lo que ha hecho que la Oficina Nacional Contra las Drogas, dirigida por el general Barry McCaffrey, mostrara su disposición a colaborar con los experimentos.

McCaffrey lidera en Estados Unidos la lucha contra las drogas y, pese a la controversia sobre las virtudes médicas de la marihuana, ha considerado siempre a esta planta, el «cannabis», como una peligrosa droga, en especial para los jóvenes.

Pero numerosos psicólogos y expertos en el tratamiento contra el dolor sostienen que la marihuana posee propiedades analgésicas que la hacen recomendable para determinados tratamientos médicos, incluido el sida, el cáncer y enfermedades oculares, entre otras múltiples dolencias.

Presionado por los médicos y la opinión pública, el Gobierno de EEUU ha variado su opinión sobre esta droga, al menos en lo que concierne a sus posibilidades terapéuticas, lo que se espera que estimule la realización de nuevas investigaciones.

«Hasta que entendamos completamente las ramificaciones de permitir el uso de medicinas con base en las cannabáceas», señaló el viernes la oficina del general McCaffrey, «esos usos deben ser sólo parte de estudios clínicos para expandir el entendimiento científico».

Hasta ahora, muy pocos científicos han tenido acceso libre y legal a la marihuana para la experimentación, pero los experimentos que necesitará realizar el Instituto Nacional Sobre el Abuso de Drogas harán necesarias cantidades importantes de esta planta.

La Universidad de Misisipi gestionará una plantación de marihuana en ese estado, en el que, dentro del más riguroso secreto, se van a producir las cantidades necesarias para la experimentación.