Un vídeo muestra la cantidad de alevines flotando en la playa del Daina en Pollença. | Iván Simón

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La playa situada justo a la izquierda del acceso al Club Náutic del Port de Pollença (conocida popularmente como la playa del Daina) ha amanecido este jueves con centenares de larvas o alevines de una especie sin identificar, que podría ser una gamba no comestible, indican los pescadores.

Ha sido un vecino de la zona, Iván Simón, el que ha dado la voz de alarma. «Toda la vida he tenido acuarios y lo que he visto son millones de gambas muertas, son rosas y están en la playa del Daina, pero también en los alrededores, llegan hasta la base militar», dice. Explica que este miércoles ya había ejemplares de esta misma gamba en la zona, algunas todavía vivas. «Hoy el 90 % están muertas», lamenta.

El residente ha puesto los hechos en conocimiento de la Conselleria de Medi Ambient. «Por mi experiencia con la gamba, sé que es una especie delicada que muerte habitualmente por altos niveles de nitritos (fecales) o por las elevadas temperaturas». «Son gambas muertas varadas en toda la costa, a mi me parecen gambas rojas, porque son de color rosa y sé que se va intensificando su color conforme crecen», dice el denunciante. Explica que los ejemplares tienen «aproximadamente tres milímetros».

Imagen ampliada de los alevines muertos en la orilla de la playa en Pollença.

Miembros de la cofradía de pescadores del Port de Pollença se han desplazado hasta la zona para comprobar el alcance del vertido. «Cuando hemos llegado solo hemos visto dos pequeños montones de larvas o alevines de menos de un milímetro, por lo que resulta complicado saber a ciencia cierta si se trata de alevines de cabot, jonquillo o gambusí. Este último es un tipo de gamba que no tiene uso comercial porque provoca problemas estomacales», dicen.

La hipótesis que manejan los pescadores es que los alevines o larvas hayan llegado hasta este rincón de la costa del Port de Pollença con la marea. Hace solo unos días la misma playa amaneció con una importante cantidad de medusas. «Es difícil saber, no solo de qué especie se trata, sino también cómo ha ocurrido, puede ser simplemente por las corrientes, por el cambio climático y las altas temperaturas o por un vertido», dicen los pescadores. En cualquier caso explican que a media mañana «apenas quedan un par de montones en la playa». La Cofradía del Port de Pollença no se dedica a la captura de la gamba roja.