Imagen de una de las embarcaciones que faenan en el Port d'Andratx. | Michel's

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Preocupación entre las embarcaciones de arrastre de la Isla por las restricciones del esfuerzo pesquero dictaminadas por Bruselas. Justo cuando se acercan las fechas de Navidad, las capturas de gamba roja (conocida también como gamba de Sóller) son una de las principales fuentes de ingresos para el sector. Aunque este año las previsiones no son malas, los pescadores se muestran intranquilos debido a las restricciones fijadas por el reglamento comunitario de la Unión Europea.

En el Port d’Andratx, son tres las embarcaciones que faenan estos días y aseguran que esta no es una de las mejores temporadas que recuerdan. Pese a ello, si las condiciones climatológicas no son adversas confían que en las próximas semanas podrán abastecer de gamba local a los mercados y lonjas. El precio, apunta el presidente de la Federació de Confraries de Pescadors, Domingo Bonnín, dependerá precisamente del tiempo. «Si las embarcaciones pueden salir a faenar los precios se mantendrán, si tenemos temporal habrá menos gamba y, como es normal, el precio se disparará».

Bonnín afirma que de momento el nivel de capturas es bueno aunque –añade– «el futuro del sector pasa por las restricciones que marca el reglamento comunitario» que desde el 2020 y hasta el año que viene ha fijado una reducción del esfuerzo pesquero en un 40 %. «Ahora mismo ya estamos aplicando un 30,5 % menos de días de pesca, pero para el año que viene la Unión Europea fija que debemos reducirlo otro 9,5 % más», lamenta.

Estas restricciones también afectarán a la cantidad de gamba que se puede capturar en el Mediterráneo. «De las 800 toneladas permitidas para todo el Mediterráneo deberemos reducir otro 9 % a la cuota», explica mientras recuerda que ello puede romper la rentabilidad económica de este tipo de embarcaciones de arrastre. Los efectos del cambio climático, con el calentamiento del agua, son otra de las cuestiones que preocupa al sector por las consecuencias que ello puede tener en el esfuerzo pesquero y por lo que demandan estudios científicos para conocer la situación real. De momento, añade Bonnín, las «capturas de gamba roja son las habituales, unos días más buenos que otros, pero no ha desaparecido la gamba como sucedió hace años», aclara.

El presidente de la federación de cofradías es muy crítico con las directrices marcadas por Bruselas sobre los paros obligatorios para las barcas de bou. «Europa aplica las mismas medidas para todo el Mediterráneo sin tener en cuenta que en Balears tenemos 30 embarcaciones de arrastre para 1.400 kilómetros de costa, cuando la costa valenciana y catalana cuenta con 440 barcos. No se aplican criterios científicos o técnicos sino políticos», lamenta.

También los patrones del Port d’Andratx aseguran que si la situación continúa como ahora «en una década no quedará ninguna embarcación que quiera faenar aquí, estamos condenados a desaparecer», lamenta uno de los patrones.