El mal tiempo ha amenazado con deslucir el evento, que finalmente y gracias a las carpas ha tenido el éxito merecido. Eso sí, casi no se han podido ver los típicos platos de llampuga con pimientos o llampuga escabechada. En su lugar, carpaccios, hamburguesas, ceviches, woks, raviolis o pizza, todo ello con el pescado como ingrediente estrella.
Así, los 22 stands han mostrado su potencial culinario y antes del mediodía la explanada del muelle de Cala Rajada ya se había llenado de visitantes para catar algunos de los platos. La llovizna a media mañana ha provocado que unos pocos visitantes decidieran irse, aunque la inmensa mayoría se ha cobijado bajo las grandes carpas instaladas por el Ajuntament.
Los políticos pasaron por la XX Mostra para conocer las delicadas elaboraciones. La alcaldesa, Mireia Ferrer, hizo de anfitriona a los consellers de Agricultura y Turisme, Joan Simonet y Jaume Bauzá, respectivamente. También otros políticos autonómicos y locales aprovecharon para visitar Cala Rajada.
La Mostra volvió a abrir sus puertas a las 18 horas y hasta las 22 horas se sirvieron más platos de llampuga. Una de las características que se estrenó el año pasado y que se ha mantenido en esta edición es la gratuidad para acceder al evento.
Aunque el día fuerte ha sido este domingo, el evento empezó el viernes con el concurso de tapas destinado a cocineros especializados. Allí ya se vieron las apuestas más atrevidas e ingeniosas para cocinar este la llampuga.
El sábado por la noche llegaba la clásica Verbena Marinera. Ese día la oferta gastronómica se redujo a la paella cocinada por los marineros, que vendieron 850 raciones, un centenar más que en la edición anterior. El Dj y grupo locales, Óscar Romero y Valnou, ambientaron la noche a partir de las 22:30 horas.
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