Imagen de archivo de la celebración del centenario de la consagración de la basílica del Santuario de Lluc. | Elena Ballestero

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Los misioneros dels Sagrats Cors dejan la dirección espiritual y la gestión del Santuario de Lluc, uno de los lugares más visitados y venerados de Mallorca después de La Seu. Esta decisión fue tomada a principios de enero por la congregación, que en Lluc está formada por solo seis religiosos, todos ellos de edad avanzada, entre 73 y más de 80 años, al no poderse hacer cargo de todas las obligaciones que supone administrar el Santuario y todos sus servicios.

El Bisbat de Mallorca ha recibido el anuncio de los Hermanos de Lluc «con sorpresa y dolor», según explicó en un comunicado, aunque ha mostrado su comprensión por las razones que han llevado a la congregación de los Sagrados Corazones a abandonar el servicio que han prestado durante 128 años, desde que se hicieron cargo de Lluc en el año 1891. Ahora el Bisbat abre un «periodo de reflexión» para encontrar una salida a la marcha y estudiar como hacer frente a la gestión del santuario.

Por su parte, el delegado de esta congregación, exprior de Lluc y actual prior del monasterio de La Real, Josep Amengual, admitió a Ultima Hora que la decisión de devolver al Obispado la administración del Santuario de Lluc ha causado tristeza. «La especialísima vinculación entre los misioneros de los Sagrados Corazones y Lluc hace que esta despedida resulte muy costosa, pero hemos llegado a la conclusión de que es imposible prorrogarla a causa de la escasez de personal». Aun así, Amengual señaló que la marcha no será algo inmediato. «Estaremos allí hasta que el Bisbat encuentre una solución, incluso nos quedaríamos a ayudar para hacer la transición a los nuevos gestores si fuese necesario». Así la salida de la congregación podría producirse en el plazo de seis meses a un año, en función de la gestión que se decida desde el Bisbat.

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La Escuela y la Escolanía

Amengual reconoce que la noticia cayó como un jarro de agua fría entre todos aquellos que tienen relación con el día a día del santuario, aunque aclara que «no hay problemas más allá de la gestión cotidiana; los Hermanos se encargan de la parte pastoral y de la administración de todos los servicios, pero estas tareas administrativas, al igual que la escuela y la Escolania, están desempeñadas por personal y profesorado laicos, quien llegue después de nosotros se hará cargo, no están en peligro de desaparecer».

La falta de vocaciones que arrastra la Iglesia ha sido el detonante. La congregación cuenta con 40 personas jóvenes despempeñando su misión en África y en República Dominicana, pero no así en Mallorca. El convenio firmado por esta congregación con el Bisbe Campins en el momento de encomendarles la administración de Lluc, incluyó una cláusula que indica que los padres de Lluc «deben ser hijos de Mallorca». Esto no se aplica de manera literal, «sinó que se requiere una cierta sensibilidad hacia la Isla y su cultura, como no puede ser de otra manera siendo Lluc su corazón espiritual», añade.

Entre los negocios que existen en el recinto la sensación general era de sorpresa, pues nadie se lo esperaba. Las personas que explotan o trabajan en los restaurantes, cafeterías y negocios obviaron dar una opinión acerca de la marcha de los Hermanos, con quienes les une una relación comercial y personal de muchos años.

santuario de lluc monasterio