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GLÒRIA JULIÀ La Conselleria de Medi Ambiente ha descartado la construcción de dos parques eólicos que estaban previstos en los municipios de Manacor y de Santanyí, concretamente el parque eólico de Llodrà y del Figueral respectivamente.

En el caso de Manacor, la Conselleria de Medi Ambient alega que el parque se ubicaría dentro unidades paisajísticas de gran valor y, además, supondría la destrucción de una zona forestal muy importante. Además, la construcción de este parque supondría también que los aerogeneradores serían visibles desde lugares como Vilafranca, Felanitx, etc, además de las zonas turísticas de Porto Cristo, Sa Coma, s'Illot, entre otros.

También se considera que el parque eólico afectaría a la fauna de la zona, así como también zonas de encinar y que supondría un fuerte aumento de la contaminación acústica en los alrededores de la instalación, entre otras cosas.

En cuanto al parque del Figueral, en Santanyí, Medi Ambient considera que las instalaciones se situarían demasiado cerca del casco urbano y de zonas de suelo rústico, además de estar proyectado en un espacio con alto riesgo de incendio. También se considera que el parque eólico supondría la generación de impactos paisajísticos sobre la flora y la fauna, los cuales no han sido objeto de los estudios pertinentes y, por tanto, se desconocen las repercusiones que podrían tener.

Es por estos motivos que la Comissió Permanent no considera suficientes los estudios preliminares de impacto ambiental en estas dos zonas. Por esto, ha acordado la necesidad de unos análisis muy esmerados sobre la repercusión que podrían tener los parques sobre el medio natural de estas zonas. Además, solicitan que se tomen medidas encaminadas a preservar estos espacios y la valoración de la necesidad de estos parques. La Conselleria de Medi Ambiente también solicita estudios sobre los niveles de contaminación acústica que se podrían permitir en las respectivas zonas y una evaluación de todos los impactos generados. Además, también consideran oportuno tomar algunas medidas correctoras, además de un plan de vigilancia ambiental para delimitar las áreas de cría y de alimentación de la fauna presente a la zona y de un informe de la DG de Biodiversidad para valorar dichos hábitats.