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Una vez realizadas las obras de canalización del trasvase de agua de sa Costera hacia Palma por Fomento de Contratas en la carretera 711 que da acceso al Port de Sóller, la zona está en unas condiciones pésimas y en una situación de peligro para los usuarios.

Al terminar las obras se ha colocado una capa de hormigón dejando escalones, ranuras y múltiples erosiones con las que bicicletas y motos sufren accidentes al atascarse las ruedas en dichas ranuras y dificultar la maniobrabilidad.

De igual modo se crea un serio peligro para los coches, sobre todo, a la hora de realizar adelantamientos.

Sobre la carretera ya se han pintado las señales viales, provocando la duda entre los usuarios de si los desperfectos serán provisionales o si se subsanarán a largo plazo. Esta carretera es una de las más frecuentadas por los turistas.

Varios vecinos comentaban ayer que «es lamentable que una obra de esta envergadura provoque tal inseguridad sin importar lo más mínimo a los responsables».