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C.MORENO
Unas 3.000 personas se reunieron ayer en Lluc con motivo de la subida del enfermo, que durante los últimos veinte años viene organizando la iglesia. A las diez de la mañana de ayer llegaron los primeros enfermos al Acolliment de Lluc acompañados por familiares o voluntarios, que los atendieron en todo momento. La novedad fue que por primera vez la misa de la jornada de ayer fue presidida por el nuevo obispo de Mallorca, Jesús Murgui, que dio la bienvenida a todos los presentes.

En su intervención, el obispo de Mallorca dijo: «Estar aquí hoy significa que Dios nos ha dado salud y fe para venir». Así, durante su intervención Murgui preguntó: «¿Cuánta necesidad hay de fe? Vivimos momentos de mucha pobreza de fe. Lo inmediato, se organiza la vida desde el placer. La fe nos cambia, nos hace descubrir que no estamos solos».

Durante el transcurso de la eucaristía los enfermos venidos de todas partes de la Isla entregaron al obispo multitud de ofrendas. La jornada finalizó con una comida, que tuvo lugar en el Acolliment.

La jornada dedicada al enfermo de Lluc es una de las que cuenta con más participación. La delegada diocesana de Pastoral de la Salud, Esperanza Florit, explicó que «el objetivo de este día es animar a las personas que padecen alguna enfermedad y que no se sientan solas».