La silla vacía que había en el pleno de ayer correspondía al concejal motivo de polémica, Francisco Garí. Foto: T.OBRADOR

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El pleno que tuvo lugar ayer en el Ajuntament de ses Salines reflejaba una ausencia de lo más significativa. Faltaba un concejal del PP, Francisco Garí, precisamente el edil que estos días ha expresado sus discrepancias con la gestión llevada a cabo por el alcalde del mismo partido conservador, Sebastià Vidal. Este problema en el seno del PP de ses Salines no hace peligrar el pacto con UM, que incluso puede verse engrandecido con la incorporación en breve de los dos concejales de Sud Unificat.

El único punto del orden del día de la sesión plenaria era de trámite, y fue aprobado por unanimidad. En este sentido, por vía telefónica Garí razonó a este periódico su ausencia en el Ajuntament diciendo que tenía «mucho trabajo», y enseguida se remitió al presidente del comité local para conocer la postura que mantiene el partido respecto a la crisis. En estos momentos se está pendiente de reuniones.

Por su parte, el alcalde reconoció que no estaba avisado de la no asistencia de Garí. Sobre la polémica, Vidal se mostró claro y rotundo: «Cada uno que ruegue por él mismo, a Garí también le escogió todo un pueblo. En mi caso, no consentiré que nadie me manipule como una marioneta. Y hablo también en nombre de los otros dos concejales: Rafel Serra y Maria Bonet». El primer edil prosiguió que la mayoría de trabajos del equipo de gobierno «son del día a día, y no se puede ir consultándolo todo al comité. En este sentido, los responsables de la gestión somos nosotros». Asimismo, Vidal lamentó que «digan mentiras para hacernos daño», en clara alusión a Bartomeu Galmés, presidente de la junta local del PP. «No hemos puesto ningún número en el presupuesto de 2004 y el IBI no lo subiremos un 30%», remarcó.