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L.P./ E.B. Muchos de los usuarios habituales de la línea del tren entre Palma y sa Pobla tuvieron que recurrir ayer a las líneas regulares de autobuses como alternativa al ferrocarril tras la convocatoria de huelga de los trabajadores de Serveis Ferroviaris de Mallorca. Los servicios mínimos fijados no sirvieron de nada a muchos de los viajeros porque estaban concentrados entre las primeras y últimas horas de la jornada, por lo que no daban opción para regresar a casa a mediodía. Así por ejemplo personas que acudían al médico a primera hora de la mañana a Palma se veían obligadas a permanecer en Ciutat hasta la noche o recurrían al servicio de autobuses.

Las estaciones de autobuses de Palma e Inca registraron muchos más viajeros que cualquier día normal. La empresa concesionaria del transporte de autobús entre Inca y Palma, Autocares Alorda, confirmó que sus vehículos registraron ayer un considerable aumento de viajeros respecto a la media diaria a consecuencia de la huelga del tren. A pesar de ello, la empresa no aumentó las frecuencias de los autobuses.

En la estación de Inca, algunos pasajeros se quejaron del hecho de que autobuses de otras empresas que cubrían la línea regular entre Alcúdia y Palma y que se paran en Inca no quisieran aceptarles para hacer tan solo el trayecto entre Inca y Ciutat. Pero si de algo se quejaron los usuarios del tren fue de falta de información. La estación de Inca recibió ayer un constante goteo de viajeros que no tenían constancia de la convocatoria de huelga por parte de los trabajadores de SFM y, una vez allí, se daban cuenta de que no había su tren habitual.

Estudiantes y trabajadores protestaron especialmente de no poder llegar a sus obligaciones a tiempo y de unos servicios mínimos fijados que consideraban insuficientes. «Hasta ahora por la mañana (por ayer) no he sabido nada de la huelga y ya no había tiempo para cambiar mis citas», se quejaba Joana Torrens, antes de coger un autobús de línea para llegar hasta Palma.